La entrega

"Narco exhibido es narco quemado", menciona el adagio moderno aplicado al narcolenguaje, ese tan común en nuestro país, dado a las bondades de regímenes revolucionarios que permitieron el asentamiento de los cárteles en Mexico, prácticamente desde tiempos del general Cárdenas.

La captura de Edgar Valdez Villarreal, de mote "La Barbie", confirmó la teoría de que el personaje fue un infiltrado de la DEA, primero en el cártel del Golfo y posteriormente en el recién desarticulado de los Beltrán Leyva. "La Barbie", originario de Laredo, Texas, fue reclutado a finales de los noventa por la agencia norteamericana con el objetivo de llegar al cártel del Golfo, dominado en ese tiempo por Osiel Cárdenas.

En sus primeros años, allá por 1990, "La Barbie" operaba para el cártel del Golfo bajo el mando de Salvador Gómez Herrera, "El Chava" Gómez; posteriormente respondió a las órdenes de Osiel Cárdenas, en Tamaulipas. Se le atribuyó la creación del grupo conocido como Los Halcones, que se dedicaban a espiar los movimientos del Ejército, de la Policía y de enemigos. "Chava" era el jefe del cartel en Nuevo Laredo y fue quien inició la diversificación de las actividades del grupo delictivo, incluyendo el tráfico de personas con el de drogas, a través del rancho del Texas, en el área de Guerrero, Coahuila.

Se habla de que "La Barbie" llegó a tener tanta influencia y habilidades en la conjura, que enemistó a los dos grandes compadres, Osiel Cárdenas y "Chava" Gómez, al grado de que el primero ordenó la muerte de éste, con lo que el instigador procuró fama y poder en el cártel. Otro "logro" del detenido fue el de crear un grupo armado que originalmente se hizo cargo de la seguridad de Osiel Cárdenas, denominado Los Zetas, que al final de cuentas no le sirvió de nada, al ser aprehendido en Matamoros sin oponer mayor resistencia, siendo la primera de las traiciones adjudicadas a "La Barbie" e incluso consignados en varios corridos del difunto Beto Quintanilla.

El infiltrado aportó al movimiento criminal no solamente un brazo armado, sino toda una red de sicarios, negociadores e informantes, que según investigación de la misma DEA, está compuesta por cinco subgrupos: Los Halcones, cuyos operadores se dedican a recolectar información de inteligencia relacionada con las actividades de los grupos enemigos del cártel del Golfo, y en particular del Ejército Mexicano; La Maña, subgrupo especializado en operaciones de secuestro y extorsión que se ubica en Matamoros y Nuevo León y se encarga de adquirir armas de alto calibre como bazukas y lanzagranadas.

Lo encabezan los hermanos Héctor y Gregorio Sauceda Gamboa; Las Ventanas, integrado por jóvenes de 14 a 16 años de edad que proveen información sobre movimientos inusuales en las zonas controladas por el cártel del Golfo; Los Cerebros, formado por aproximadamente 20 personas que son especialistas en actividades de contraespionaje dedicados a interceptar todo tipo de comunicaciones electrónicas que puedan servir a los intereses del cártel del Golfo, y Los Leopardos, manejado por mujeres que, empleadas por Los Zetas, se hacen cargo de centros de entretenimiento para adultos (bares y table dance), que son utilizados como casas de seguridad para la recolección de información.

Entre 2004 y 2006, Valdez Villarreal fue comisionado a fin de coordinar, con los Beltrán Leyva, la plaza de Monterrey, arreglando el terreno con el Gobierno estatal y las municipalidades, a través de su esquema de control de informantes y cuerpos de apoyo en la Policía Municipal. En 2007, "La Barbie", ya en el grupo de los Beltrán Leyva, contacta a las bandas de "polleros" de Honduras y recluta un ejército de "Maras" que apoyarían las acciones del grupo en contra del cártel del Golfo, ahora sus enemigos. Ya para esa fecha, su cabeza tenía precio, tanto en ese cártel, como en de los enemigos del otro al que se había aliado.

La eficiencia con la que "La Barbie" manejó la plaza de Monterrey, convirtiéndola en un auténtico garito de Los Zetas, generó en Arturo Beltrán no solamente las ganancias, sino la confianza en el sujeto, que terminaría traicionándole, de acuerdo a la misión de infiltrado.

El resto es historia y la DEA solamente esperó el desmantelamiento de este brazo del cártel, para retirar a su pupilo de la acción y los camotazos. De ahí las características de su detención, que fue lo más similar a una entrega, direccionada a control remoto por sus verdaderos patrones y no la labor de "inteligencia" de la que se jactan sus perseguidores.

Ahora sigue la cantada, que podría llevarse el resto de septiembre, para de ahí extraditarlo y en su calidad de testigo protegido no tardará mucho la noticia de su "suicidio" y su resurrección en otro tipo de existencia. La buena noticia es que conforme van sacándole información, así Irán cayendo sus amigos; la mala es que el proceso será igual de sanguinario y sumará muertos a esta interminable guerra. Otro sí.- A últimas fechas el grupo de Julia Quiñónez y el CFO, está integrando un movimiento laboral-político que tendrá diversas aristas en el 2011, ahora auspiciada por Napoleón Gómez Urrutia desde su exilio. Paren orejas, maquiladoras, y cuídense. Si vale.