Recordemos la frase: `Es tan corta la vida y son tan largos los rencores'

Opinión
/ 26 octubre 2010

QUERIDA ANA:

Leí, no recuerdo qué día, una carta que usted respondía a una persona, en la cual le decía que se reconciliara con quien tenía problemas y con la cual no había hablado ni había visto durante muchos años.

Usted le decía que la vida se pasa volando y perdemos mucho tiempo en tener rencores que no nos llevan a nada y la frase que utilizó me llegó bastante fuerte. Usted le decía: "Es tan corta la vida y son tan largos los rencores". Tiene usted mucha razón. Y recordando eso, quise escribirle para contarle lo que me pasó con un compañero de la universidad.

Estudié en una universidad de Estados Unidos y mi amigo y yo fuimos compañeros de cuarto. Él y yo teníamos muchos intereses en común, sin embargo, después de mucho tiempo de ser amigos y de llevarnos muy bien, peleamos un día sobre un motivo que ahora me parece totalmente sin importancia y él me hizo algunas bromas pesadas y después de esa discusión no volvimos a vernos.

Yo regresé a México y seguí con mi vida. Pero un día, 26 años después de haberme graduado y de haber regresado, recibí una llamada en mi casa y era mi amigo. Me pidió que lo perdonara y yo le respondí de inmediato: "Desde luego, yo también te pido que por favor me perdones". Conversamos un rato y le pedí que viniera a visitarme. El aceptó con mucho gusto y a los dos meses vino con su esposa a pasar cinco días en esta ciudad. No nos separamos más que para dormir. Los invité a quedarse en mi casa y su esposa congenió muy bien con la mía.

De ahí en adelante fuimos de nuevo los mejores amigos. Nosotros también fuimos luego a Estados Unidos a visitarlos. Y él me dijo cuando nos encontramos por primera vez lo triste que era haber perdido tantos años debido a aquel enojo. Continuamos hablando muy seguido por teléfono y quedamos en que ellos volverían a visitarnos, pero desgraciadamente ya no fue posible volver a encontrarnos, él falleció el año pasado. Mi esposa y yo fuimos al funeral a acompañar a su esposa, y ella se mostró muy agradecida. Yo lloré en la tumba de mi amigo, lamentando mucho haber perdido tan tristemente el tiempo en que no nos vimos.

Ana, no importa lo herida o lastimada que pueda sentirse cualquiera de las partes, ya sea con justicia o sin ella, entre más pronto se contenten, mejor será. La vida es tan preciosa y la verdadera amistad tan rara, que hasta un solo día es demasiado tiempo para perder.

Muchas gracias por todos los consejos tan acertados y verdaderos que da. En mi casa leemos siempre su columna. Siga adelante.

RECONCILIACION

 

QUERIDO RECONCILIACION:

Gracias mil por su hermosa carta. Lo felicito por haber recobrado a su querido amigo y haber disfrutado, aunque no fuera por mucho tiempo, de su compañía y su valiosa amistad. Y lamento que hubiera faltado tan pronto, pero afortunadamente hubo la oportunidad de verse nuevamente y con mucho cariño.

Reitero mi mensaje de amor y reconciliación a todos mis lectores. Recordemos siempre la frase: "Es tan corta la vida y son tan largos los rencores", y como dice usted: "Hasta un solo día es demasiado tiempo para perder".

ANA

 

QUERIDA ANA:

Va a decir que mi carta no merece ser publicada. Entre tantas otras que debe tener pendientes de contestar y que tienen verdaderos motivos de estar en sus manos porque tienen problemas. Sin embargo, me atrevo a enviarla a ver si me da un pequeño espacio porque de alguna manera, entre todas esas cartas importantes, la mía lleva un sencillo mensaje. Si acepta publicarla, se lo agradezco mucho. Y la felicito sinceramente por su excelente columna diaria.

Quiero expresar mi sentir y ofrezco una disculpa si alguien se siente ofendido o lastimado, no es mi intención. Se trata de lo siguiente. He conocido a varias personas que han logrado un grado de Doctor o de Maestro por sus estudios, y me parece excelente que la gente continúe estudiando para lograr esos objetivos. Sin embargo, hasta me da un poco de risa cuando esos Doctores en filosofía, en derecho, o en cualquier otra disciplina, se molestan si no se les llama "Doctor". Quiero decirle que mi padre puso todo este asunto en su perspectiva correcta cuando yo me convertí en vicepresidente de una corporación importante a nivel mundial a una edad relativamente temprana.

Me recordó que el número de personas que asistiría a mi funeral dependería de lo bien que me portara y tratara a todos, y también a cuanto estuviera lloviendo ese día. Mi esposa administró otra dosis de humildad. involuntariamente, estoy seguro, cuando salía yo hacia la oficina, mi primer día como vicepresidente, me gritó: "No olvides llegar a comprar leche para los niños".

JUAN G.

 

QUERIDO JUAN:

¡Qué afortunado es usted! Entre su papá y su esposa nunca perderá la humildad. Y su carta es tan importante como cada una que recibo.

ANA

Somos un medio de comunicación digital e impreso con cinco décadas de historia; nos hemos consolidando como uno de los sitios de noticias más visitados del Noreste de México.

Como medio multiplataforma, nos distinguimos por ofrecer contenidos confiables y de alta calidad, abarcando una amplia gama de temas, desde política y estilo de vida hasta artes y cultura. Además, ofrecemos artículos de análisis, entretenimiento y recursos útiles a través de formatos innovadores en texto, fotografía y video, que permiten a nuestros lectores estar siempre bien informados con las noticias más relevantes del día.

Nos enorgullece tener un equipo editorial compuesto por periodistas especializados en Derechos Humanos, Deportes y Artes.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM