`Mi esposo lleva en su cartera una foto de su primera esposa fallecida... ¿le digo algo?'
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QUERIDA ANA:
Le mando esta carta porque quiero que me dé un consejo sabio como los que usted sabe dar, porque no quiero hacer nada que pueda lastimar mi matrimonio.
Me casé con un hombre viudo hace seis años. Él fue muy feliz con su primera esposa y tuvieron dos hijos que ahora tienen 17 y 16 años. Sé, por lo que menciona toda la gente que los conoció cuando ella vivía, que fue una gran mujer, excelente esposa y madre.
Cuando mi esposo tenía tres años de haber enviudado, nos casamos, anduvimos saliendo siete meses antes de casarnos. Hemos sido muy felices, él es un maravilloso hombre que me ha dado gran dicha. Yo me llevo muy bien con sus dos hijos, son muchachos excelentes, y tengo dos hijos míos, de 12 y 10 años, y también son hombres, ya que yo también era viuda. Mis hijos y los de él se llevan perfectamente y se tratan como hermanos y también se llevan muy bien con mi esposo. Ni para él ni para mí hay diferencia con ellos, los tratamos igual y ellos nos respetan y nos quieren a ambos.
Solamente hay una pequeña sombra en mi vida de casada. Desde luego que hay fotografías de la primera esposa de mi marido en las habitaciones de sus hijos y eso no me molesta para nada, pero él también trae en su cartera una fotografía de ella. Yo no he dicho nada pero me duele. ¿Debo seguir ignorándolo o le digo algo? Gracia por su consejo.
DUELE
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QUERIDA DUELE:
Lo más probable es que tu esposo no tenga idea de lo que estás sintiendo. Por lo que describes en tu carta, ustedes son muy felices, el de ustedes es un hogar como no hay muchos, y no hay nubarrones en su relación, así es que no hay que pueda provocarlos.
No le pidas a tu esposo que quite la fotografía de su primera esposa de su cartera, pero si no trae alguna tuya, dásela para que también la traiga con él.
Y felicitaciones por esa gran felicidad de la que gozan todos en tu familia.
ANA
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QUERIDA ANA:
Muchas personas hablan de respetar a los mayores, de tratarlos como se debe y de darles el lugar que merecen. Sin embargo, a cuántos ancianos ni se les toma su opinión y los llevan a asilos de ancianos, los tienen encerrados en el último rincón de la casa o ni los recuerdan, se olvidan de ellos y nunca los ven los familiares.
He visto personas mayores muy pobres que andan pidiendo caridad en la calle o andan enfermos y nadie les hace caso. Simplemente hace unos días, una pobre mujer, ya vieja y que aunque tiene hijos nadie la ayuda, me decía que casi no podía caminar porque tiene grandes dolores en las piernas, que también tiene otras enfermedades pero que ninguno de sus hijos le hace siquiera un poco de caso, a pesar de estar tan enferma.
¿Qué institución puede ayudar en esas circunstancias? Da lástima ver a gente en esas condiciones y duele el corazón por las penas de los viejos.
Yo soy una mujer que aún no soy vieja, y me aterra que un día me pase lo que a ellos.
EN DEFENSA DE LOS VIEJOS
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QUERIDA EN DEFENSA DE LOS VIEJOS:
Estoy contigo en los conceptos que has vertido en tu carta. A mí también me ha dado mucha pena ver a esas personas mayores sin apoyo y sufriendo por las calles, especialmente las personas que están enfermas.
El Gobierno del Estado construyó hace poco más de cinco años un hospital que está localizado junto al Parque Las Maravillas, por la prolongación de la calle Pérez Treviño. Se trata del Hospital del Adulto Mayor u Hospital de Geriatría. Esa institución ha venido a dar servicio gratuito (según entiendo, una disculpa si no está completa la información) precisamente a los adultos mayores. Allí pueden encontrar consulta general y de especialidades, también hay rayos X y otros tipos de servicios. Y si allí no hay medicamentos, éstos pueden adquirirse a solamente $10.00 cada medicina en las Farmacias de la Gente. También está el Hospital General, por el mismo rumbo, con grandes avances tecnológicos, y que ya debe estar en actividad. Ése es para personas de todas las edades. Espero que quienes lean esta carta o se enteren por otros medios de estos servicios que ofrece el Gobierno del Estado, acudan a utilizarlos cuando lo necesiten.
ANA