Cinismo al colmo
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Haciendo un poco de historia de nuestra ciudad, comentaré que algunas décadas atrás, tal vez cinco, o un poco más, existían en Saltillo dos compañías telefónicas: la Ericsson y la Mexicana. La primera se ostentaba como nacional e internacional, y la segunda abarcaba sólo el territorio mexicano. Por aquella época el usuario levantaba el aparato telefónico y se escuchaba enseguida a la operadora que decía, invariablemente "número por favor", por supuesto que esto era a nivel local. Cuando se trataba de una llamada a larga distancia la pregunta era "a dónde quiere usted hablar". Los usuarios disponían generalmente de dos líneas telefónicas: una Ericsson y otra Mexicana. La Compañía Ericsson, por su nivel internacional daba a sus operadoras la oportunidad de comunicarse a lugares tan lejanos que tal vez nunca conoceríamos. En un viaje que realicé a Italia, pasados algunos años, hice hincapié en conocer la provincia de Piamonte una región del noreste de ese país. Había estado en mis sueños que juzgaba irrealizables, pues una persona hablaba con cierta regularidad a ese lugar y eso provocó mi anhelo de estar algún día ahí y la realidad superó a la imaginación. Me encantó, y supe que los sueños pueden realizarse si uno lo anhela y lucha por ellos.
[Tabulación] Pero no todas las historias tienen un final feliz, como sucede en todos los ámbitos. Cuando escucho el vocablo "cínico'', recuerdo una odisea que vivió, en aquel entonces, una operadora de teléfonos. Se llamaba Martha y estaba muy enamorada de su novio de muchos años. El tiempo pasaba y él no hablaba nunca de matrimonio a pesar del profundo amor que decía sentir por ella. Sus compañeras le hacían notar que esto no era lógico y que si de verdad se amaban, cuál era el obstáculo para que no se casaran. Ella callaba y seguía adelante con la confianza puesta en su prometido. Un día no tuvo noticias de él, y así los días fueron pasando hasta completar dos semanas. Martha estaba desesperada y con la cabeza llena de temores por la falta de noticias de su amado. Su fe fue flaqueando y cuando al final se decidió a hablar a la casa de él; no supieron darle ninguna explicación, sin embargo, notó cierto embarazo y mutismo en la persona que le contestó. La inquietud y la desconfianza empezaron a hacer presa en su ánimo y estaba por tomar la decisión de enfrentar su problema, cuando en el tablero se encendió el número tantas veces esperado; ella contestó anhelante y le preguntó: ¿Qué te ha pasado, porqué tanto sin tener noticias tuyas?, "Creí que ya sabías la noticia; me he casado y andaba de luna de miel," contestó sin el menor apremio. ¿Cómo es posible que digas eso, así con ese cinismo? "Son cosas de la vida, mi negra no te aflijas", fue la única respuesta. El tiempo pasó, Martha conoció a un hombre que la amó y supo borrar su amarga experiencia y con el que formó una hermosa familia.
Supe, entonces, que existen personas casi irracionales, que no sienten el menor respeto por los sentimientos de los demás y hacen alarde de su cinismo y aún se vanaglorian de ello. Ojalá que no nos topemos con seres así, sin embargo, todo puede suceder, porque al final... TODOS SOMOS HISTORIA.