Un reto grande

Opinión
/ 2 octubre 2015

Don Algón recibió a su nueva secretaria. Le dice con melifluo acento: "-En esta empresa, señorita Pompilina, todos somos como una familia. No le extrañe, por lo tanto, que de vez en cuando le pida que haga el papel de mi esposa"... Babalucas se propuso ser pianista. Luego de estudios prolongados coronó la carrera de virtuoso. No quiso, sin embargo, entrar en el mundo de la música con su nombre de pila: le pareció poco musical. Así, adoptó otro, y pasó a llamarse Bae de Luca, nombre, a su parecer, alto, sonoro y significativo. No contento con mudar de nombre cambió también de viso, que ahora se llama look: tiñose el pelo; se dejó crecer la barba, y hasta se puso unos lentes de contacto para tornar sus ojos en azules. Fue otro hombre. Así, cambiado por completo, se presentó a tocar su primer concierto en Bellas Artes. Sin embargo apenas se sentó al piano le gritó un sujeto desde la galería: "¡Ése mi Babalucas!". Mohíno, cuando terminó su recital le pidió a un guardia que localizara al incivil gritón y lo llevara a su camerino. Ya que lo tuvo enfrente así le dijo: "Soy muy otro del que ayer fui: bajé de peso; me pinté el pelo; uso ahora bigote y barba; mis ojos son de otro color. ¿Cómo hiciste para reconocerme, y además desde la galería?". "Fue muy fácil -respondió el individuo-. Todos los pianistas que he visto acercan el banquillo al piano. Tú te sentaste en el banquillo, y luego, con enorme esfuerzo que te hizo sudar y fatigarte, acercaste a ti el piano". (¡Y era un Steinway de cola entera! ¡Hasta Neza se oyeron los pujidos!)... Se divorció una pareja. Al día siguiente de consumada la separación sonó el teléfono de la casa, con la cual -claro- se había quedado la mujer. Una voz masculina preguntó por el hombre. "Ya no estoy casada con él" -respondió secamente la señora. Poco después sonó otra vez el teléfono. "¿Se encuentra el señor?". "Ya no estoy casada con él" ---repitió ella, molesta. Y así, lo mismo: cada 15 minutos sonaba el teléfono; alguien preguntaba por el sujeto, y la mujer volvía a decir: "Ya no estoy casada con él". Después de 20 ó 30 llamadas semejantes la señora cayó en la cuenta de que era su ex marido quien estaba hablando. "¿Por qué haces eso? -le preguntó furiosa-. ¡Ya no estamos casados!". Explicó el tipo: "Es que todavía no lo puedo creer, y necesito oírlo una y otra vez para convencerme"... No puedo vaticinar cómo será el PRI bajo la dirigencia de Humberto Moreira Valdés, paisano mío saltillense. Lo que sí puedo asegurar es que el nuevo líder priísta se entregará por completo al desempeño de la nueva tarea que le ha sido encomendada, tal como lo hizo cuando fue alcalde de Saltillo, y después gobernador de Coahuila. En ambos casos llevó a cabo una extraordinaria labor que no tiene precedente, y se hizo querer por todos los sectores de la población, cuyos requerimientos atendió, especialmente aquéllos de los más necesitados. Le espera ahora en el PRI un reto grande. Tiene ante sí procesos electorales muy difíciles, como el del Estado de México, y le tocará coordinar los esfuerzos para lograr que su partido vuelva a ganar la Presidencia. Posee Moreira muchas cualidades que de seguro lo ayudarán a cumplir su tarea en el partido tricolor. A su capacidad de trabajo añade talento político, lo mismo que habilidad para conciliar y para solucionar problemas. Es, sin embargo, enérgico, y no rehúye los combates. Seguramente impondrá su estilo. Deberá lograr que todas las corrientes de su partido se unan, condición indispensable si los priístas quieren ser de nuevo la primera fuerza política de la Nación, y ocupar otra vez Los Pinos. Yo no soy priísta, pero soy de Saltillo, y coahuilense. En tal calidad, y porque lo conozco bien, confío en que la tarea de Humberto Moreira redundará en bien de México.Una parejita de recién casados se registró en el hotel donde iban a pasar su luna de miel. Cuando el botones los conducía a su habitación le dice él a ella: "PC". "No -replica la muchacha-. PD". Insiste él: "PC". "No -vuelve a responder ella-. PD". "Te digo que PC" -repite el muchacho. "No -opone de nuevo la chica-. PD". Cuando el muchacho iba a darle la propina al botones le pregunta éste en voz baja: "Perdone la curiosidad, joven. ¿Qué significa eso que dice usted: PC, y lo que ella le contesta: PD?". Replica el muchacho: "Ella primero quiere desempacar". (No le entendí)... FIN.

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