¿Tienen mis productos o servicios demanda?
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Todos los productos tienen un ciclo de vida y en él cada uno se encuentra en alguna etapa del mismo: unos se inician y otros simplemente maduran y mueren.
Unos duran muchos años y otros simplemente desaparecen del mercado con mucha rapidez.
Tampoco es fácil que un producto nuevo llegue a convencer a los clientes de sus bondades por lo que pueden pasar años en que se dé a conocer y tenga éxito.
¿Cuáles tienen mayor demanda o crecimiento? Aquellos que cuando menos llegaron a contar con un 10% del mercado y de repente su demanda se amplía rápidamente al reconocer los clientes de todos los beneficios que les proporciona.
Un ejemplo real es la telefonía celular o las computadoras de escritorio.
Especial mención tienen aquellos productos y servicios que ya no crecen o están muy maduros. De no haber una innovación, irán desapareciendo y con ese cambio, los negocios que los comercializan.
Así como el producto es importante, también lo es la manera en que se vende puesto que al evolucionar la sociedad -población, tecnología, creencias- nacerán o desaparecerán negocios.
Lo que funciona y se vende en un país, no necesariamente será adecuado para el nuestro y viceversa.
Es tan interesante este análisis, que nos permite observar como productos que dejaron de tener demanda, súbitamente se convierten en una moda y en una necesidad que empiezan a resurgir: es el caso de los productos naturales libres de químicos.
Los productos innovadores generalmente tienen un mayor precio y conforme su demanda se amplia, tienen a disminuir: los volúmenes de producción permiten disminuir los costos.
Nadie puede quedarse dormido en "sus laureles" pensando que la fabricación, importación, exportación o comercialización de sus productos y servicios continuará constante en el tiempo.
Aún los cambios de precio de alguna materia prima inciden en la demanda porque los productos se sustituyen con nuevos componentes: la ropa de algodón, los tubos de cobre, etc.
La moda altera sustancialmente la venta de los productos y no se diga de las ventas de temporada: frío, calor, navidad, vacaciones y tantas más.
Los productos de primera necesidad contra los productos considerados de lujo.
Lo bien o mal que esté el panorama económico y la confianza de los ciudadanos.
Los cambios de gobierno, de impuestos, de tasas de interés, de la relación del peso con otras monedas. Todo influye en mayor o menor grado.
Es como decir que nadie tiene asegurada su vida. La evolución tiene que ser constante para no perder la demanda o ganar más participación.
El comercio evoluciona más rápidamente que los industriales por la inversión que está en juego.
Por eso y ante el moderno panorama, las empresas deberían ser tan flexibles como el fuelle de un acordeón siempre y cuando se pudieran variar las condiciones laborales y físicas.
Sin un sistema de información que nos permita vislumbrar la evolución de la demanda de nuestros productos, sería muy difícil tomar decisiones acertadas.
Si alguna característica distingue al mundo actual, es la velocidad con que las cosas cambian. Mantenerse al día y planear el futuro no es tarea fácil pero es mejor hacerlo que quedarse sin clientes porque sus productos o servicios ya no tienen la demanda que antes solían tener.
Eloy.dewey@hotmail.com
Twitter: @eloydeweyc