Un buen Gobernador, debe ser visionario
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Futuro Gobernador:
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No se enseña ética para saber qué
es la virtud, sino para ser virtuosos.
Aristóteles
Creo firmemente que los coahuilenses tendremos un buen Gobernador.
En un gobernante se manifiestan determinados elementos para saber dirigir un Estado, no para confrontarlo y dividirlo. Un buen gobernante, debe ser un visionario para saber qué es lo que va a hacer y a dónde nos quiere guiar. Son capacidades, hábitos y costumbres, valores, creencias, virtudes. Para lograr buenos resultados en la política y en la gestión pública, se requiere contar con gobernantes y funcionarios que hayan interiorizado los valores y posean una conducta íntegra, pues son estos servidores públicos quienes marcan las directrices, operan las instituciones y administran nuestro futuro.
Aquí manifiesto el credo y esperanza de un ciudadano:
 El buen gobernante, es aquel que piensa en la siguiente generación y no en la siguiente elección.
 El buen gobernante, tiene obsesión por resolver y no apego al poder.
 El buen gobernante, sabe hacer la prevención y se anticipa a los problemas, y jamás los niega o los diluye.
 El buen gobernante, manifiesta entereza y no esquiva los "problemas heredados", los resuelve.
 El buen gobernante, es sensato y realista, nunca promete lo que no sabe si es factible, jamás puede engañarse ni engañar.
El buen gobernante, tiene el conocimiento claro de que antes que repartir hay que crear, que para construir una sociedad más justa, en paralelo hay que promover una sociedad innovadora, productiva más rica.
 El buen gobernante, no regala los recursos de los ciudadanos, sino que los transforma en instrumentos de crecimiento, formación y enseñanza a pescar al pueblo.
 El buen gobernante, impulsa y fortalece la participación ciudadana en la toma de decisiones, para que en Coahuila se dé el salto cualitativo de la Democracia Representativa, a la Democracia Participativa, buscando el bienestar en el Desarrollo Integral del Estado.
 El buen gobernante, tiene la capacidad y el valor de entender una buena relación con otros líderes, y el talento para despertar en ellos una admiración hacia su persona y no sólo al cargo que representa.
 El buen gobernante, entiende que su gran fuerza de trabajo empieza por la de su propio equipo, y siempre sabrá rodearse por personas igual o más preparadas y sabias qué él.
Los malos gobernantes son elegidos por los buenos ciudadanos que no votan.
José de Jesús Alvarado García
Ciudadano.