Estados Unidos está esperando la guerra

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En el Departamento de Estado de EU, donde manda Hillary Clinton, están convencidos de que cualquier día de estos amanecemos con la noticia de que Israel está bombardeando Irán. En privado, en corto, sus funcionarios hablan abiertamente del tema con periodistas, consultores y agentes gubernamentales.
No están guardando el secreto: filtran documentos que luego, como parte de la misma estrategia de deslinde, minimizan en público con declaraciones oficiales vagas. Fomentan artículos que, en toda la prensa americana citando fuentes públicas y privadas, convergen en el mismo sentido: Israel puede atacar las instalaciones estratégicas de Irán avisando a la Casa Blanca con sólo unos minutos de anticipación.
Del otro lado del mundo, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, aparece en vivo en la televisión gubernamental de su país con bata blanca atestiguando el histórico suministro de combustible al reactor nuclear, que acerca a ese Estado islámico a poder contar con una bomba atómica o con energía eléctrica producida nuclearmente. El mensaje es claro a Estados Unidos, Europa e Israel: seguimos enriqueciendo uranio aunque ustedes no quieran. Irán ha sostenido que sólo quiere luz. Occidente piensa que esconde la fabricación de un arma de destrucción masiva.
Los proiraníes reclaman que por qué si tantas potencias tienen bombas atómicas a los ayatolas se les prohíbe tener una. Israel no quiere un Irán nuclear: Ahmadineyad declaró hace un par de años que desea la desaparición del Estado de Israel (en la entrevista que le hicimos hace un mes no fue igual de contundente -según concluyeron internacionalistas- pero esto no bajó la temperatura del conflicto).
El líder supremo iraní acusa al gobierno de Israel de haber asesinado -encubriendo los presuntos crímenes con accidentes viales, explosiones inesperadas y episodios de violencia callejera- a casi treinta científicos que trabajaban en los proyectos nucleares de Teherán. Israel niega estar detrás de estas muertes y responsabiliza a Irán de los atentados contra sus embajadas hace unos días, cosa que niegan los iraníes.
Ahmadineyad deja el cargo en fecha próxima, pero los candidatos a sucederlo son todos partidarios de mantener el programa nuclear, según el análisis del gobierno estadounidense que han revelado algunas fuentes bien ubicadas. Los reportes de inteligencia apuntan que con un Barack Obama débil y en campaña, para Israel puede ser éste el momento idóneo para una intervención militar en Irán.
En 1981 aviones israelíes bombardearon el primer reactor nuclear de plutonio en Irak y en 2007 repitieron la medida en Siria, en instalaciones nucleares que se construían con ayuda de Corea del Norte.
Un desenlace así en 2012 incidiría sobre los precios del petróleo, que mangonean la economía internacional, que determina lo que pasa en los bolsillos de los mexicanos. Así que el presidente de Irán en bata blanca no es una imagen para la anécdota.
Saciamorbos. Sigue saliendo el cochinero del Bicentenario. ¿Y quien autorizó todo?
carlosloret@yahoo.com.mx
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