`Me pareció inapropiada la actitud de un doctor que atendió a mi esposo.'

Opinión
/ 2 octubre 2015

QUERIDA ANA:

Me gustaría conocer su opinión respecto a la actitud de un médico que vio en una ocasión a mi marido.

El doctor de la compañía donde trabajaba mi esposo lo envió con el neurólogo porque estaba teniendo problemas de pérdida de la memoria, que también incluía cómo redactar algunas cartas sencillas, signos de puntuación o habilidades de todos los días, como hacerse el nudo de la corbata, además de algunos problemas de movimiento, etc.

Esa visita fue atendida con algo de desconfianza. El doctor pensó que los síntomas eran "dramáticos" y preguntó si estábamos allí por una discapacidad. Luego sacó un cheque que le habían devuelto años antes y que firmaba una persona que tenía el mismo nombre de mi esposo, con el primer apellido, pero le hice ver que el materno era diferente. No se disculpó y nos envió con un psiquiatra. Fuimos al psiquiatra pero él dijo que era un problema neurológico. Entonces, como mi esposo estaba empeorando, preferimos ir a un hospital de otra ciudad con un neurólogo que nos recomendaron.

Allí nos dieron un diagnóstico. Pero cuando lo recibimos, decidí ir a hablar con el neurólogo que nos había tratado de manera algo déspota. Yo no llegué con la espada desenvainada y lo traté de manera correcta y hasta cordial. Él también estuvo atento conmigo hasta que le mostré el diagnóstico que nos habían dado. Entonces me preguntó si conocía los síntomas de la enfermedad y tomando un libro lo abrió y de manera condescendiente me dijo: "Me voy a permitir leérselos en seguida Q U E R I D A", enfatizando la palabra y diciéndola muy despacio. Yo me levanté y salí del consultorio diciendo solamente "Buenas tardes, doctor". ¿Qué opina de ese comportamiento del médico?

DOLIDA
QUERIDA DOLIDA:

Los doctores, como todos los demás humanos, pueden sufrir enfermedades físicas y problemas emocionales. No creo que haya duda de que el neurólogo se comportó impropiamente. No solamente no se adhirió a los estándares profesionales (al no tomar en serio los síntomas de su esposo), también fue negligente al tener una rabieta infantil durante la visita que le hizo usted. En mi opinión, juzgando por lo que me dice en su carta, el médico estaba teniendo un mal día. No sé si su estado emocional pudiera interferir seriamente con su juicio y capacidad como doctor. Lamento mucho su experiencia y deseo sinceramente que su esposo recobre su salud.

ANA

QUERIDA ANA:

Le quisiera comentar algo que me sucedió hace muchos años, cuando estaba estudiando la preparatoria. Una compañera de clase se mordía las uñas y yo también lo hacía. Mi mamá constantemente me decía que no lo hiciera y hasta un día me puso chile en los dedos para que me detuviera, pero yo me lavé las manos y continué con lo mismo.

Un maestro de biología que incluía interesantes lecciones sobre higiene personal, nos observaba y un día que estábamos en el laboratorio  nos dijo que nos raspáramos debajo de nuestras uñas de los dedos y miráramos lo que habíamos removido bajo un microscopio.

El área bajo las uñas puede juntar unos "especímenes" malsanos. Estar cara a cara con ellos fue suficiente para pensarlo mucho antes de volver a morderme las uñas.

De eso hace casi treinta años y nunca lo olvido.

Saludos cariñosos y recomiendo a sus lectores que no se muerdan las uñas.

BAJO LAS UÑAS
 
QUERIDA BAJO LAS UÑAS:

Le dio al clavo en la merititauña. Gracias por el consejo y mis respetos para el maestro de biología que les mostró de manera tan patente lo sucio y peligroso para la salud que puede ser morderse las uñas.

Muchas personas saben que pueden hasta contraer una enfermedad si se muerden las uñas o comen algo sin lavarse las manos, sin embargo continúan haciéndolo. Yo les recomiendo que tengan cuidado. Su salud está en juego.

Gracias por tomarse la molestia de escribir con esa importante advertencia.

ANA
 
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 Un momento de Reflexión:
"La sabiduría es hija de la experiencia".
Leonardo Da Vinci.

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