La (antidemocrática) cultura política en México

Opinión
/ 2 octubre 2015

La cultura política es el conjunto de valores, actitudes, ideales, opiniones y evaluaciones que hacen las personas sobre el sistema político de su país y su rol dentro del mismo.

Desde que Gabriel Almond y Sidney Verba publicaron en 1963 el primer análisis mundial de opinión orientado a la cultura política, quedó muy clara la importancia que ésta tiene para la democracia: descubrieron que las actitudes de confianza en el otro, acompañadas de un sentido de eficacia personal, forman el núcleo de lo que llamaron "la cultura cívica", que es esencial para la conquista y la preservación de la democracia.

De la misma manera, Samuel P. Huntington y Larry Diamond explican que la democracia consiste no sólo en la existencia de elecciones libres y justas sino, además, en la existencia de un espectro de valores políticos que hacen propicia la existencia de una ciudadanía participativa, dinámica, solidaria, exigente con su gobierno y responsable respecto de sus propias obligaciones.

El estado actual de la cultura política en México no es alentados. Veamos algunas cifras del estudio de opinión pública Latinobarómetro:

-Sólo un 40% de la población mexicana considera que la democracia es la mejor forma de gobierno (en Europa esta cifra ronda por el 90%).

-Unicamente un 23% de los mexicanos se dice satisfecho con la democracia.

-Solamente un 28% cree que los ciudadanos son conscientes de sus obligaciones y deberes.

Lo anterior complica el reto de la consolidación democrática que demanda, ante nada, el apoyo de los ciudadanos. Pero no hacemos mucho para cambiar, especialmente respecto a participación y tolerancia. Observemos lo que reveló una encuesta elaborada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso):

-El 87% de los mexicanos afirma no haber participado en organizaciones sociales o políticas en los últimos doce meses.

-El 65% de la población considera que no se respeta la opinión de otros.

Y la ley. bien gracias. Según un estudio del Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC) la cultura de la legalidad, que es fundamental para la construcción de un verdadero estado de derecho, no ha adquirido el suficiente arraigo en México:

-Uno de cada tres mexicanos cree que es de tontos cumplir la ley si la mayoría la incumple.

-El 71% de los mexicanos cree que las leyes están hechas para proteger a los poderosos.

Las cifras anteriores muestran que, a pesar de que México ha avanzado mucho en cuanto a construcción de instituciones democráticas en los últimos 20 años, queda mucho por hacer para que la democracia permee y sea interiorizada por los ciudadanos.

México no ha abordado lo suficiente el papel que juega la cultura política en la conformación y el funcionamiento de la democracia. Entender qué valoramos y cómo percibimos el entorno debe ayudarnos a identificar nuestras debilidades para fortalecerlas.

Robustecer la cultura política en México es tarea de todos: de gobernantes, porque en buena parte el aprecio a la democracia depende de resultados tangibles en el bienestar de la gente; y de todos los ciudadanos, porque son éstos los únicos capaces de construir una conciencia colectiva orientada a la tolerancia, la solidaridad y la participación.

Debemos lograr una convicción social profunda y compartida sobre los beneficios de la democracia para arraigarla, promoverla y defender su valor más importante: la libertad.

Si, como decía Gramsci, la cultura es el cemento de la sociedad, tenemos que pensar urgentemente en la transición cultural del México del siglo XXI.

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