Las acequias
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A lo largo de la historia de la humanidad la tecnología hidráulica ha transformado el medio ambiente a través del riego de cultivos requeridos para propósitos alimentarios.
Generalmente los sistemas de manejo de agua se dan en regiones semiáridas y áridas como es el caso de muchas poblaciones del noreste mexicano.
En el área territorial de Mesoamérica, los tlaxcaltecas y los pueblos originarios que han habitado lo que hoy es el estado de Oaxaca contaban con sistemas de riego, antes de la llegada de los españoles.
Los sistemas de metepantles, y de terrazas, son propios de los tlaxcaltecas. También el manejo de escorrentías superficiales es una herencia cultural tlaxcalteca. Las escorrentías parten de veneros y arroyos de agua y van siendo derivadas de las partes altas a las bajas a partir de un canal principal y canales menores llamados en la cultura española acequias -término árabe- y apantles del náhuatl apantli: atl (agua), pantli (hilera); palabra compuesta que significa hilera de agua.
La viabilidad económica del noreste de México en los tiempos virreinales fue posible gracias a la cultura hidráulica tlaxcalteca, que se enriqueció con el manejo hidráulico valenciano (de origen árabe) y con la cultura romana.
Desde los tiempos en que Bustamante tuvo el nombre de San Miguel de Aguayo de la Nueva Tlaxcala, el agua ha sido centro de ambición y conflicto de propios y extraños. Primero, españoles avecindados en la cercanía pelearon por la propiedad de un ojo de agua que se localiza en la parte este de un impresionante cañón. Luego, por siglos hubo conflictos entre los tlaxcaltecas y sus vecinos los alazapas, que era la comunidad que habitaba el sitio antes de su incursión en el Nuevo Reino de León.
Las acequias en Bustamante parten de un compartidor localizado a 5 kilómetros casi al oeste del mencionado cañón. La acequia Llanos y Valdez bordea al pueblo por la parte norte. Las acequias Madre e Iglesia van juntas hasta un punto en el que hay otro compartidor ya en el casco del pueblo, en donde se separan para seguir adentrándose hacia el suroeste del caserío.
A su paso, el agua transportada por gravedad por medio de las tres acequias va regando miles de nogales, aprovechándose de manera directa en labores en las que existen, de acuerdo con la temporada del año, cultivos de trigo, maíz, avena, hortalizas y por supuesto, huertos de nogales y aguacates. Los regantes, dueños de estas labores, poseen una boleta en la que se puntualizan las horas de riego que les corresponden.
Las acequias, como sistemas de manejo de agua rodada, requieren de una sólida estructura social de trabajo colectivo y legal para la repartición del agua. En Bustamante, Nuevo León, existe un reglamento que hace respetar una directiva nombrada por regantes que administran las aguas provenientes del cañón.
Actualmente existe la Asociación de Regantes del Ojo de Agua de Bustamante Nuevo León A.C., Unidad de Riego Bustamante, y su reglamento de operación enuncia artículos sobre el calendario de riego, las cuotas por servicio de riego, el padrón de regantes, y señala el nombramiento del "canalero", persona que distribuye el agua.
La herencia de la acequia está viva en escasas poblaciones: hay que preservar esta heredad sin olvidar que aunque su agua sigue un padrón de distribución que beneficia mayormente a regantes, pertenece a toda la comunidad.
El agua más que nunca, no debe ser considerada como mercancía.