Los Hermanos Grimm
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Hubo una vez en la fragmentada Alemania del siglo 19 un par de hermanos -Jacob y Wilhelm- que tuvieron la idea de recorrer una parte de su paisaje para escuchar las historias que se contaban entre los aldeanos. Escuchaban y escribían puntualmente lo que oían. Su aventura antropológica se convirtió en dos libros que eran la recopilación depurada de esas historias: "Kinder und Hausmärchen" ("Cuentos de la infancia y del Hogar"), publicados en 1812 y 1815.
El mes de diciembre del 2012 se celebraron 200 años de la publicación primera de esta obra de los hermanos Grimm que recogía las leyendas que habían venido contándose en aquellas tierras desde la Edad Media; leyendas e historias que guardan en su seno crípticos fragmentos de los grandes y profundos mitos que han alimentado la imaginación y la incertidumbre de la humanidad desde hace miles de años.
Hoy llamamos "cuentos de hadas" a este tipo de historias, pero entonces y ahora tales cuentos son, en realidad, una manifestación de nuestros más hondos sentimientos. "Hansel y Gretel", "La Cenicienta", "Blancanieves", "La Bella Durmiente", "Juan con Suerte", "Rapunzel" y muchas, muchas más son leyendas que estos hermanos escucharon de labios del pueblo alemán y que transcribieron "casi" tal como en su momento les fueron relatadas. Como algunas resultaron demasiado crueles y por eso poco aptas para ser leídas a los niños, decidieron suavizar la trama de muchas de estas historias. En "La Cenicienta", por ejemplo, la madre "obliga" a sus hijas a calzarse el zapatito de cristal (¿o de brocado?). Pero en la mayoría de las versiones no queda muy clara la manera en que las chicas son obligadas. ¿Cómo sucedió? Pues a una de ellas, la madre corta dos dedos del pie; a otra, una parte del talón. Sí, sí. Así fue escuchada la historia y así fue transcrita. Evidentemente, las buenas conciencias no soportaron tanta sangre y semejante perversidad. Tampoco tanto erotismo...
En la versión primitiva de "La Bella Durmiente", cuando el príncipe se encuentra con esta joven princesa, queda tan prendado de su hermosura que inicia en el acto relaciones sexuales con ella, quien al cabo de un tiempo da a luz, sin despertar, a dos pequeñines... En "Rapunzel", el príncipe asciende cada noche la torre en que ella ha sido encerrada gracias a la larga trenza que la bella muchacha le lanza y ambos tienen encuentros sexuales hasta que queda embarazada... La animadversión original de la Reina por Blancanieves no se debe sólo a motivos estéticos sino a otros de carácter erótico. En las ediciones para niños estos "detalles" no aparecen, claro. Resultarían escandalosos y tal vez torcerían el desarrollo de la personalidad de los pequeños lectores -si los hay. Cuando estos cuentos fueron publicados el reclamo de los lectores fue tal que los hermanos Grimm tuvieron que "depurarlos", limpiarlos de tanta crueldad, aunque ellos adujeron que no habían sido escritos -o transcritos- como "cuentos para niños" sino como unamuestra del folklore germano. Y así era, pues ambos -sobre todo Jacob- se consideraban más filólogos que poetas o artistas. La publicación de obras especializadas y enjundiosas, sin embargo, no dio a estos hermanos la celebridad que "Kinder und Hausmärchen" les otorgó. Tengo entendido que los manuscritos originales de estos cuentos son hoy considerados por la UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad.
Un día Wilhelm se casó y tuvo hijos; murió antes que Jacob, el serio y erudito soltero. Pero mientras vivieron fueron muy felices. ¿Cómo terminar afirmando que fueron felices para siempre, como dirían ellos o sus informantes?