Deudas y corrupción de gobernadores hunden a los estados
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Los más se hartaron con las transferencias federales y abrieron cuentas bancarias para ellos y sus familias
Los gobernadores, en su mayoría, se han constituido en calamidad nacional. Unos han sido o son corruptos, otros fracasan en su gestión e incluso se les liga con el narcotráfico. En conjunto acumularon deudas por 389 mil 980 millones de pesos hasta el año 2011. Esta cifra pasa hoy de los 400 mil millones.
Lo peor sucedió en la década panista de 2000 a 2010, lapso en el cual las deudas estatales pasaron de 138.8 millones de pesos a 269.4 millones de pesos, es decir, un incremento descomunal de 94.1%.
Fue una consecuencia, muy costosa, del relevo partidista. Debido a que el panismo gobernó en pocos estados, tanto Vicente Fox como Felipe Calderón abrieron las arcas federales a los gobernadores, sin importar el color de sus partidos, a fin de tenerlos contentos.
Los más se hartaron con las transferencias federales y abrieron cuentas bancarias para ellos y sus familias, como lo hizo el tabasqueño priísta, Andrés Granier Melo, quien dejó un desfalco de 23 mil millones de pesos.
Según revelación del nuevo mandatario tabasqueño, Arturo Núñez, Granier dispuso de 1 mil 918 millones 597 pesos de fondos federales y se desentendió de adeudos a proveedores por 2 mil 320 mil pesos.
La Comisión Nacional Bancaria congeló 3 mil millones de pesos en cuentas de Marina Granier, hija del corrupto ex gobernador, y a otro hijo, Fabián, le descubrieron dos condominios de lujo en Miami, Florida.
Humberto Moreira, también ex gobernador del PRI, destaca entre los mandatarios atracadores. Recibió la deuda de Coahuila en 1 mil 562 millones de pesos y la elevó a 36 mil 509 millones de pesos. Obtuvo al menos 2 mil millones mediante préstamos bancarios con el visto bueno de empleados en Hacienda del hoy senador albiazul, Ernesto Cordero.
Moreira se inició como profesor de primaria y ocupó diversos puestos en el Magisterio. En ese ámbito se hizo amigo y protegido de Elba Esther Gordillo hasta arribar al gobierno coahuilense y al PRI nacional.
Moreira vive en España. Se fue en enero pasado a cursar una maestría en Historia. Así como Felipe Calderón, Moreira es de los millonarios estudiantes mexicanos en el extranjero.
El sentir general es que Granier y Moreira debieran estar en la cárcel, pero no lo están. También merece presidio el ex gobernador panista de Jalisco, Emilio González Márquez, quien en 2006 recibió a ese estado con 1 mil 412 millones de deuda y la elevó a 16 mil 715 millones de pesos.
Otro panista, Marco Antonio Adame, dejó al estado de Morelos en la ruina. De salida endeudó a esa entidad con 1 mil 500 millones y no pagó 2 mil millones a proveedores. Debido a tantos bandidos se escucha por doquier: "Todos son iguales".
En cuanto a capacidad para gobernar, contados mandatarios estatales lo hacen bien. La mayoría decepciona y encabezan la lista de fracasados los de Guerrero, Michoacán, Oaxaca, y Veracruz.
Angel Aguirre saltó del PRI al PRD y esto no le ayuda a gobernar Guerrero, entidad perdida en la pobreza, las drogas y con un gremio de profesores chantajista e incapaz para educar. El gobierno federal resuelve los asuntos de Aguirre.
El oaxaqueño Gabino Cué se dejó atrapar por la Sección 22 magisterial y lo ha extorsionado mediante marchas, plantones y otros desmanes. Su gestión izquierdista fracasó.
El veracruzano priísta, Javier Duarte, sigue los pasos corruptos de su antecesor, Fidel Herrera. Inauguran obras sin terminar y los jarochos expresan a voz en cuello la amistad de ambos con "Los Zetas". Duarte acordó con Rosario Robles las dádivas electoreras y casi acaban con el Pacto por México del presidente Peña Nieto. El despido del secretario de finanzas, Salvador Manzur, no resolvió nada.
Otros gobernadores tienen comportamientos similares y merecen el viejo autoritarismo priísta. No hay otra.
Por Félix Fuentes
www.felixfuentes.com.mx