Resaca electoral 2/2

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Internet, lo sostengo, ha venido a atrofiar el cerebro de nuestra juventud de por sí, siempre perdida
Creo en los jóvenes? Si y no, no hay contradicción de por medio. Creo en una juventud representada por dos periodistas de agudo filo, Luis Carlos Plata y Paola A. Praga. Creo en la juventud de la mejor escritora de cultura, Quetzali García. Creo en la juventud de dos hermanas, las cuales ejercen el monopolio de la capacidad poética en Saltillo, Claudia y Mercedes Luna. Creo en el talento de otros jóvenes. sí, pero no creo en el amorfo mundo de las redes y sus "protagonistas" que escriben con faltas de ortografía.
Insisto, el escaso involucramiento de los jóvenes en estas deslucidas campañas electorales dejó un hueco enorme que no fue llenado por nadie. Su participación fue exigua y vaya, ni siquiera los jóvenes coahuilenses tienen el empuje e ideas suficientes para crear un "Candigato", como lo fue "Morris" en redes sociales en Xalapa, Veracruz.
Sigo pensando que el Movimiento del #YoSoy132 fue una llamarada de petate, nada qué ver con la divulgada primavera de la democracia que tanto se pregonaba en su momento hace justo un año y en medio de la batalla electoral por la Presidencia. ¿Dónde quedó el empuje, brío, ideas frescas, entusiasmo cívico y un largo etcétera de estas hordas de ciber-adictos? Pues allí precisamente, en las yemas de sus dedos y desde su cómoda posición de estar sentados en su recámara familiar. Así de claro está todo.
Las verdaderas cifras, el mundo real de la juventud es el siguiente: casi 30 millones de mexicanos tienen entre 15 y 29 años, es decir, son jóvenes (INEGI 2010). 30.3 millones de menores de edad viven con al menos una carencia social en su vida. Según la CONEVAL y UNICEF, en México 5.1 millones de niños y adolescentes viven en pobreza extrema. Y un dato de miedo: el 47.1 por ciento de los jóvenes trabaja, sólo el 26.7 por ciento estudia. Y los famosos y universalmente "Ninis", son un el 26 por ciento de la población en México (7.5 millones). De aquí entonces que la resaca electoral es peor aún.
Por estos datos lectores, no creo jamás en las redes sociales. Dichas herramientas no son de fiar, si acaso los jóvenes vejan, injurian y despotrican al aire con sus dos dedos, no es sinónimo de que vayan a la urna y menos de que participen activamente en algún movimiento de dignidad ciudadana o de participación política o democrática. Y cuando lo hacen rápido enseñan el cobre: o son del CISEN o terminan en shows de variedades en la barra cómica de la empresa que entretiene y que jamás ha tenido como meta la educación, Televisa.
Esquina-bajan
Fue el caso de uno de sus voceros y cara más conocida: Manuel Cossío Ramos. En teoría era estudiante de la Universidad Iberoamericana y hoy se sabe, cobra un sueldo de 171 mil 910.34 pesos en el CISEN. El otro caso paradigmático es el de Antonio Attolini, quien igual, de ser vocero del Movimiento #YoSoy132 y manifestarse a las puertas de Televisa, ha terminado como locutor en uno de sus shows de su barra cómico-mágico-musical. ¿Es condenable loanterior? Absolutamente no.
Así son los jóvenes. Y pues caray, con los datos arriba mencionados nos damos cuenta de que la gran mayoría de mexicanos no tenemos acceso a Internet y los que tienen acceso, luego de subsanar una necesidad básica, como lo es pan y un refresco para llevarse a la panza, no se van a involucrar en ocupación tan desagradable y poco honorable como la política.
De aquí entonces que el priísta Fernando de las Fuentes siga siendo una y otra vez el eterno candidato priísta a un puesto de elección popular y lo anterior desemboca en que en el PAN no haya cartas nuevas y frescas. Mucho menos formación de cuadros. ¿Ganar la Alcaldía de Saltillo hará el verano panista? Bah, paparruchas. Internet, lo sostengo, ha venido a atrofiar el cerebro de nuestra juventud de por sí, siempre perdida.
Letras minúsculas
Ya viene una nueva elección en puerta y sólo Alejandro Esparza y Farías mantiene su indignación intacta. volveré al tema.