Los riesgos de la protesta magisterial

Opinión
/ 2 octubre 2015

Las protestas de la CNTE contra la Reforma Educativa que ocurren en esta ciudad remiten, inevitablemente, al levantamiento popular que sacudió a Oaxaca entre 2005 (a finales del gobierno de Vicente Fox) y 2006 (a principios del de Felipe Calderón). Aquel episodio de la historia nacional dejó tras de sí muerte, represión, miedo, confrontación social, inestabilidad política y pérdidas de todo tipo.

Oaxaca era gobernado por Ulises Ruiz. Su secretario general y álter ego en 2005, el actual diputado federal Jorge Franco, le garantizó solución inmediata a las demandas económicas que cada año plantea la sección 22 de la CNTE al gobierno local. La soberbia y la falta de operación política impidió un arreglo y los maestros tomaron el zócalo de la ciudad. Los estrategas de seguridad de Ruiz y Vargas, dos marinos traídos del Cisen: Manuel Vera y Manuel Moreno, aseguraron que en 10 minutos resolvían el problema. No fue así. Desalojaron a palos a los maestros.

La reacción magisterial fue el inicio de una avalancha: retomaron el zócalo oaxaqueño, ampliaron el plantón, extendieron la protesta y, sobre todo, concitaron el apoyo de diversas organizaciones sociales, lo que dio origen a la APPO y le dio una dimensión más profunda y popular a la protesta. Ya no era sólo otra expresión del conflicto de los maestros, sino un desafío al gobierno y una demanda concreta: la dimisión de Ulises Ruiz.

Llegó así el 25 de noviembre de 2006: faltaban cinco días para que terminara el gobierno de Fox y nadie tenía la certeza de que, cinco días después, Calderón pudiera rendir protesta en el Congreso. Aquel día, la Policía Federal chocó con la APPO y rompió la protesta a sangre y palos. ¿Solucionó el conflicto? No, sigue vigente.

Ahora ha sido atizado por una reforma constitucional educativa que sin duda es necesaria, pero que por lo pronto parece atorada en lo laboral. El Gobierno Federal considera (y siembra el mensaje mediático) de que los maestros de la CNTE no quieren ser evaluados. 

El miércoles bloquearon San Lázaro para impedir la instalación del periodo extraordinario, obligaron al Congreso a sesionar en sedes alternas y consiguieron sacar de la agenda la Ley del Servicio Profesional Docente. Pero las otras leyes reglamentarias fueron aprobadas. Entonces decidieron bloquear el viernes, por 11 horas, las vías de acceso al aeropuerto. Los más radicales son los de Oaxaca. La Segob logró que desbloquearan la vialidad, San Lázaro y el Senado con el ofrecimiento de que hoy serán recibidos por los líderes parlamentarios, pero con la advertencia de que no hay marcha atrás en la reforma.

Raúl Rodríguez Cortés




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