El crujiente tumor en las narices del Ejército

Opinión
/ 2 octubre 2015

El prominente científico Joan Massagué explica al tumor como un crecimiento anómalo de nuestros tejidos. Somos una sociedad de trillones de células muy bien organizadas. Su misión es mantener el organismo, organizado. Pero alteraciones o mutaciones meten el desorden y provocan que células dejen de respetar las normas de urbanidad proscritas por nuestros genes. Se forman los tumores.

Juan Pablo Becerra-Acosta y Alejandro Flores entregaron el martes en Milenio Televisión una pieza que es radiografía, tomografía y resonancia magnética de lo que sigue ocurriendo en regiones de Michoacán. Los hechos grabados y narrados se dieron el sábado en La Ruana, cuyos 10 mil habitantes viven bajo sitio intermitente de los "Caballeros Templarios" y han creado un notable grupo de autodefensa.

El comando femenil de las autodefensas resolvió expulsar a un señor, Arnoldo González, por supuestas ligas con los "Templarios". Las mujeres, casi todas enmascaradas, llegaron a casa de Arnoldo, cincuentón ingeniero agrónomo, empleado del rastro. Con apoyo de los hombres, y sin importarles los berridos de la esposa y cuñada, lo subieron a una camioneta de redilas y fueron a dejar a la carretera, advirtiéndole mientras acariciaban una pistola, que era la última.

 "Me tengo que retirar a buscar nuevos horizontes", dijo Arnoldo, demolido, antes de subir a un taxi y tomar camino a Apatzingán.

En el plano secuencia de Becerra-Acosta y Flores, la camioneta de redilas pasa frente a dos vehículos del Ejército. Pese a la boruca, los soldados se limitan a ver el traslado. A observar el crujiente tumor en sus narices.




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