Historias del señor equis y de su trágica lucha contra La Burocracia.

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El Funcionario del Estado hizo llamar al señor equis y le preguntó:
-¿Cómo te llamas?
Respondió el señor equis:
-Equis.
Le informó El Funcionario:
-Tu nombre ha sido requisado por El Estado. Si quieres volver a usarlo deberás pagar el Impuesto Sobre el Nombre.
El señor equis se angustió. Ya pagaba un Impuesto sobre la vida, sobre el aire y sobre los recuerdos. Temblando dijo que no podría pagar ese nuevo Tributo.
-Entonces -dictaminó El Funcionario- ya no te llamas equis. Has dejado de tener nombre para siempre.
Desde ese día, por orden del Estado, cuando alguien se dirige al señor equis debe decirle solamente:
-¡Hey!
¡Hasta mañana!...