La mano negra de Calderón

Opinión
/ 2 octubre 2015

Nadie cuestiona que, en tanto militante y destacada figura política del PAN, la señora Margarita Zavala tiene todo el derecho de expresar su preferencia por Ernesto Cordero, para que llegue a la presidencia del PAN. 

Nadie dice que sea ilegal y/o que Margarita Zavala violente norma alguna de la contienda interna que vive el PAN, con la difusión de un video en el que explica a todo el que quiera escucharla —más allá de militantes y simpatizantes del partido azul—, que la esposa del ex presidente Calderón literalmente llama a votar por Ernesto Cordero, en las internas del PAN. 

Y tampoco a nadie sorprende que el llamado grupo de los calderonistas, sean la columna vertebral de la aspiración de Ernesto Cordero para alcanzar la presidencia del PAN. Y no sorprende a nadie, porque en el fondo, Cordero siempre ha sido un invento político de Felipe Calderón, quien lo llevó al gabinete, quien lo empujó sin tacto y con muy mala fortuna a la precandidatura presidencial del PAN y quien hoy es la mano que mece la cuna en la aspiración de Cordero. 

No, lo cierto es que la familia Calderón tiene todo el derecho de impulsar al candidato a la presidencia del PAN que les plazca; tienen el derecho de hacer lo que crean necesario para que su candidato se alce como ganador de la batalla interna y que derrote a Gustavo Madero. Todo eso, y mucho más, pueden hacer en el PAN los integrantes de la familia Calderón. Todo eso y más pueden hacer a título individual, en tanto ciudadanos de a pie con derechos políticos y partidistas plenos. 

Pero lo que no pueden hacer los integrantes de la ex familia presidencial —en la lucha por la presidencia del PAN—, es echar mano de su innegable e inocultable capital político, de su indivisible influencia política y del impacto mediático que tiene la figura de la ex familia presidencial y el ex presidente. Y es que, les guste o no a los Calderón, su participación en la vida interna del PAN no es la de un puñado de militantes más, tampoco la de cualquier militante. 

No, lo cierto es que en la lucha por la dirigencia del PAN, los Calderón abusan de su influencia, peso en la militancia azul y su impacto en la opinión pública para tratar de influir en el resultado de la contienda por la presidencia de Acción Nacional. ¿De verdad creen que el llamado de Margarita Zavala a votar por Cordero, en un video que tiene un impacto descomunal en todos los medios, puede ser visto como la convocatoria de un militante más? ¿Creen que los ciudadanos en general y/o los militantes del PAN son retrasados mentales? ¿Creen que la voz de Margarita Zavala es distinta a la voz de toda la familia Calderón? ¿Es distinta a la de Felipe Calderón? 

En el fondo —como lo dijimos aquí el pasado 22 de enero—, el ex presidente Calderón pretende no sólo meter la mano en el relevo de la presidencia del PAN sino recuperar el control del partido, a pesar de que ya no está en el cargo de presidente, a pesar de que perdió la candidatura del PAN para la presidencial de 2012 y a pesar de que su partido fue derrotado en esa misma elección. Y es que el problema de la mano negra de Calderón en el PAN no es de forma, sino de fondo. 

Y es que el problema más grave es de principios. ¿Durante cuántos años los padres fundadores del Partido Acción Nacional y los constructores de esa organización cuestionaron que los presidentes priístas imponían a su respectivo sucesor; a los jefes del PRI? ¿No es eso lo que pretende hacer en el PAN la familia Calderón? 

Y seguramente los calderonistas tendrán muchos y variados argumentos para justificar la mano negra de Calderón en el PAN. Pero los panistas no olvidan que con muchos de esos argumentos justificaron que Calderón secuestrara el partido en los primeros tres años de su gestión presidencial, con los lamentables resultados que ya todos conocen. Por lo pronto, la desesperada aparición de Margarita Zavala es la señal de la debilidad de Cordero y es el botón de muestra de su derrota. Y es que si a Calderón le quitaron el partido siendo presidente, más aun cuanto ya está fuera. Al tiempo. 

EN EL CAMINO 

Hoy, en Tamaulipas, Miguel Osorio no anunciará a un comisionado. No, impondrá a cinco coordinadores estatales, con autonomía plena, ampliación presupuestal, el mayor número de efectivos federales que en cualquier entidad del país, el mayor centro de inteligencia del país, el control de todos los penales y un ambicioso programa de prevención del delito. La estrategia michoacana, pero con el equivalente a cinco gobernadores regionales. ¿Y el priísta Egidio Torre Cantú? Seguirá como siempre; en calidad de figura decorativa.

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