Los pecados de la ciencia

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Vivimos en una época en donde la ciencia y la tecnología, han hecho posible que la humanidad alcance grandes progresos en áreas como la medicina y la salud humana, las comunicaciones y en cada aspecto de la vida en el planeta. En el pasado, las guerras, enfermedades y plagas acabaron con imperios enteros. La plaga de Atenas acabó con dos terceras partes de una de las civilizaciones más florecientes de la historia. Siglos después, Roma se enfrentaba al más poderoso de los enemigos del imperio: La viruela, causante de miles de muertes incluso la del emperador Marco Aurelio. La peste bubónica o peste negra, la pandemia más mortífera en la historia de Europa acabó con 6 millones de personas y hace menos de 100 años, la gripe española llevó a la tumba a más de 40 millones de humanos. Resulta increíble que todos estos millones de vidas pudieron haberse salvado con una simple inyección de amoxicilina.
Los descubrimientos científicos y los avances tecnológicos han sido para bien o mal, los agentes que cambiaron la historia. Desde la invención de la pólvora y las armas de fuego, el alfabeto, las leyes del movimiento, la electricidad, los mapas, la máquina de vapor, los rayos X y la energía nuclear, la ciencia ha demostrado su influencia. ¿Se imagina todas las vidas que pudieron salvarse si hubiera existido un antiguo Fleming? ¿O el trabajo que pudo ahorrarse antes de la invención de la rueda? ¿Concibe usted que un día creímos que la Tierra era el centro del Universo? Con un enfoque humanista, el conocimiento científico y tecnológico todos los días salva miles de vidas con la ciencia médica; los dispositivos tecnológicos nos alumbran y proporcionan calor, la telefonía y las redes nos comunican al instante y el automóvil, los trenes y aviones nos transportan a distancias hasta hace poco casi inalcanzables. El conocimiento, como la herramienta clave para la toma de decisiones, ha permitido a regiones enteras alcanzar los más altos niveles de desarrollo humano, científico, cultural y democrático. Para muchos, y me incluyo entre ellos, es solo a través de la ciencia y su herramienta que es el conocimiento, que habremos de dejar algún día las sombras de la ignorancia, esa que produce dogmas y argumentaciones absurdas que en forma de una fe ciega han causado tanto daño a la humanidad.
Pero la ciencia también tiene un lado oscuro: tan solo en las guerras del siglo XX y XXI, las armas accionadas por humanos acabaron con 120 millones de vidas humanas. Y es que la ciencia y los científicos también han cometido pecados, muchos de ellos tan graves que no se pueden borrar de la historia. El desarrollo de armas, la experimentación en animales y seres humanos, y los daños al medio ambiente que han producido las invenciones del hombre, están ahí como un dilema ético que muchos científicos deben enfrentar.
El proyecto Manhattan que produjo la bomba atómica, arrasó con cientos de miles de vidas en Hiroshima y Nagasaki. Todos los años, y en nombre de la ciencia y la salud, miles de animales son sacrificados e incluso torturados con el único de fin de realizar pruebas científicas. Aquí mismo hemos comentado que la tecnología y sus dispositivos nos está separando de la naturaleza, del mundo real y de nuestras familias. Los misiles que se lanzan entre Palestinos y Judíos, o el que derribó un avión sobre Ucrania son resultado de una mezcla explosiva de fanatismo e ignorancia territorial y religiosa con acceso a los productos de la ciencia y la tecnología.
¿Los científicos han cometido pecados?, claro que lo han hecho son y fueron humanos. Pero la ciencia es hasta ahora la única forma de evitar engañarnos a nosotros mismos y a los demás. Como especie humana, hemos hecho mal uso de la ciencia y de sus poderes casi infinitos porque al final, los científicos al igual que todos nosotros pueden perder la objetividad.
Es por eso que entre más pertenezca la ciencia a toda la humanidad, menor el peligro de que sea mal utilizada. Ahí la importancia de que la ciencia esté al alcance de todos y no en una pocas manos respondiendo solo a los mejores intereses humanos para que al fin y como afirmara Louis Pasteur: La ciencia y la paz triunfen sobre la ignorancia y la Guerra.
@marcosduranf