Un café sin sabor

Opinión
/ 2 octubre 2015





Guillermo Herrera Márquez

Aun no juegan su primer partido de pretemporada y ya algunos aficionados de los Browns de Cleveland dudarán si hicieron lo correcto con reclutar y apostar en el futuro por Johnny Manziel, un hombre que ha dejado que desear en estos primeros días en el profesionalismo.

Es cierto, el muchacho egresado de Texas A&M no ha participado en un solo partido como para juzgarlo tan severamente sin embargo ha tenido un lento arranque que ha provocado que sus entrenadores duden de que pueda brillar en la NFL, al menos de impacto inmediato.

No es fortuito que 21 selecciones hayan llegado primero que Manziel, algunos scouts de talento criticaban y dudaban de su madurez emocional y mental, algo que corroboró Johnny al salirse de parranda previo a los campamentos de verano, cuando debería estar actuando ya como un profesional y más cuando sabes que la prensa está siguiendo cada uno de sus pasos.

Manziel pagó el costo a las siguientes semanas, los Browns decidieron darle la titularidad a Brian Hoyer y han relegado a Manziel a segundo equipo, con muy pocas jugadas con los titulares ya que ha cometido muchos errores en el campo de entrenamiento, algo normal para un novato sin embargo su arranque ha sido más lento que otros pasadores que también acaban de llegar a la NFL.

El grado de exigencia de la NCAA a la NFL es abismalmente distinto, mientras en el futbol universitario le festejan y admiran a un jugador ser rebelde y osado en el profesionalismo los atletas deben comportarse como tales dentro y fuera del terreno de juego, como profesionales.

A Manziel le ha costado mucho aprender a hacer lecturas e interpretar el libro de jugadas, situación que requiere mucho trabajo mental, mucho más allá de la habilidad física, que es la primordial arma de este joven jugador.

Ya hace unos años los medios estadounidenses, que son muy adeptos inflar a jugadores a dimensiones estratosféricas, hicieron algo muy similar con Tim Tebow y los Broncos de Denver, un jugador que solamente tuvo uno o dos partidos buenos a secas , sin llegar a espectaculares y fue un fenómeno de publicidad sin embargo su talento para jugar en esta liga solo le bastó para hacer una carrera de tres años y no dio para más.

Los equipos de la NFL buscan jugadores como Manziel y Tebow, es decir jugadores con mucho talento y habilidad física, hombres con gran personalidad y carisma que pueden atraer beneficios económicos sin embargo los entrenadores no quieren arriesgar sus puestos con ellos y administran sus declaraciones y en el caso de Tebow sus apariciones dentro del emparrillado.

En lo personal considero mucho más talentoso a Manziel que a Tebow sin embargo estos primeros años serán de mucho aprendizaje para este quarterback, quien no posee un físico impresionante en cuestión de fortaleza y en la NFL hay muchos defensivos muy rápidos y con fuerza que le harán pagar el precio si pretende jugar como lo hacía en la NCAA.

Aunque no lo parezca para ser quarterback en la NFL se requiere entre otras muchas cosas estatura y Manziel no la tiene ya que los linieros ofensivos por su tamaño suelen obstaculizar la libre visión de los pasadores, deberá salir de la bolsa de protección pero sin abusar y arriesgarse a ser golpeado. Deberá ser como en su momento fue Jeff García, Doug Flutie o bien Drew Brees, hombres que debieron aprender a improvisar sin ser grandes gigantes.

Parece un proco apresurado juzgar a Johnny quien este sábado debuta ante los Detroit Lions sin embargo deberá de dar un giro radical a lo que ha mostrado hasta ahora cuando lucha contra el veterano Tyler Thigpen por ser el suplente de Hoyer, cuando estaba destinado para ser el titular indiscutible en un equipo en eterna reconstrucción.


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