Peña Nieto va por el DF

Opinión
/ 2 octubre 2015

En la sobremesa del Segundo Informe, cuando los invitados debatían si se trató de un informe legislativo o si Enrique Peña Nieto había saludado con sombrero ajeno, un político acucioso puso el dedo en la llaga.

Lo más importante, dijo, es que los invitados dedicaron los aplausos más nutridos, ruidosos y prolongados a los anuncios de la construcción del aeropuerto alterno y los casi 50 kilómetros de Metro para el Distrito Federal.

En efecto, terció otro político de colmillo largo y retorcido. Está muy claro, dijo: Peña Nieto va por el Distrito Federal. Y en tono burlón el primero reviró en medio de las risas afirmativas de la tertulia: Luego de lo que hoy anunció Peña Nieto, no deja nada al Informe de Miguel Mancera ¡bueno, le deja los buenos deseos de un mejor salario mínimo...!

Y, en efecto, los dos anuncios de inversión e infraestructura más importantes del Segundo Informe de Enrique Peña Nieto, fueron la construcción del nuevo aeropuerto y la ampliación del Metro. Y, por pura casualidad, en el aeropuerto y en el Metro fallaron los gobiernos federales del PAN y el gobierno del PRD en la capital del país. ¿Y por qué fallaron?

Porque un ejercicio elemental de memoria nos lleva a recordar que la obra más importante del gobierno de Vicente Fox debió ser la construcción del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; proyecto que fue tirado por la movilización interesada de un puñado de aliados de AMLO —los Macheteros de Atenco—, cuando el tabasqueño confrontó en una guerra inútil al guanajuatense.

En el gobierno de Felipe Calderón no sólo se prometió la construcción del nuevo aeropuerto, sino que se llegó al extremo de confrontar a los gobiernos de Hidalgo y Guanajuato —a los que se obligó a comprar los polígonos de tierra para la terminal aérea—, hasta que, al final, Felipe Calderón fue incapaz de una empresa de esa magnitud.

Y en el caso de los gobiernos del PRD en el Distrito Federal, ni el de Cárdenas y menos el de AMLO se atrevieron a construir un metro de Metro. Debió llegar el ex priísta Marcelo Ebrard para invertir 17 mil millones de pesos en la construcción de lo que sería la joya de la corona; la Línea Dorada del Metro. Sin embargo, como todos saben, la L12 resultó un escandaloso fracaso que —por corruptelas—, debe corregir Miguel Mancera.

Y tienen toda la razón los políticos que al terminar el Informe señalaron que Peña Nieto va por el Distrito Federal. Y es que tanto el aeropuerto, como el Metro, no sólo son dos de las más grandes obras de infraestructura que se proyectarán en el sexenio, sino que el anuncio de su construcción también lleva escondido el mensaje de que los gobiernos del PRI sí pueden hacer en el DF lo que no pudieron hacer los gobiernos del PAN y los del PRD.

Es decir, el mensaje podría decir que el gobierno de Peña Nieto sí hará realidad el nuevo aeropuerto alterno del DF; el mismo que no pudieron hacer ni el gobierno de Fox ni el de Calderón. Pero además, que el gobierno de Peña Nieto no será amedrentado por Los Macheteros de Atenco, ya que antes del anuncio de la construcción de la nueva terminal, se hicieron los amarres políticos, los estudios económicos y el diseño estructural. Es decir, primero lo primero.

Y en el caso del Metro el mensaje es contundente. Si los dos primeros gobiernos del PRD en el Distrito Federal no hicieron Metro, y si el tercero hizo mal la Línea Dorada y el cuarto gobierno amarillo debió resolver los entuertos de la L12, el gobierno de Peña Nieto construirá más metro —proyecta la mayor ampliación del Metro en décadas—, y lo hará bien.

Pero el anuncio de Peña Nieto lleva en su interior más mensajes y algunos demoledores. ¿Por qué? Porque es un mensaje con dedicatoria a los dos polos fundamentales de la sociedad del Distrito Federal. El aeropuerto es un reclamo de las clases medias, principales usuarias de ese sistema de transporte, además de los inversionistas foráneos. Y más metros de Metro es una exigencia impostergable de las clases trabajadoras de la capital del país; las que en el día a día no ven resuelto su calvario de transporte público con el ineficiente Metrobús de Miguel Mancera.

¿Así o más claro que Peña Nieto va por los votos del Distrito Federal? Al tiempo.


EN EL CAMINO

Un Informe para pulsar a la clase política rumbo al 2015. Y se comprobó, por ejemplo, que para Nuevo León sólo hay dos precandidatos vivos, del PRI. En ese orden; Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, y el diputado federal, Pedro Pablo Treviño. El tiempo dirá.

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