4T: ¿Nuevo sistema en construcción?

Opinión
/ 28 agosto 2024

Desde hace seis años, quizá más, se habla de una cuarta transformación del Estado mexicano. Se dice que la primera transformación tuvo lugar al finalizar la Guerra de Independencia, transformación que se convirtió en ley mediante la Constitución de 1824. La segunda tuvo lugar cuando terminó la Guerra de Reforma y quedó plasmada en la Constitución de 1857. La tercera cuajó al finalizar la Revolución (1910-1929) y quedó plasmada en la Constitución de 1917. Desde entonces esa Constitución ha sufrido innumerables reformas, mutilaciones y adiciones. La intención de plasmar en una nueva Constitución, más acorde con las realidades del México moderno, ha estado ahí desde hace bastante tiempo, ha sido anunciada y promovida por actores diversos, hasta que se volvió proyecto y aspiración gubernamental cuando la 4T se hizo gobierno. No cabe, pues, la sorpresa.

Tales cambios no son cosa fácil. Una transformación como la que se anuncia requiere cambios constitucionales, y cambiar la Constitución requiere de dos terceras partes de los senadores y diputados presentes al momento de la votación, y la mayoría, es decir, la mitad más uno de los Congresos estatales, 17 en total. Lograr tal consenso no es cosa fácil, no sólo es necesario ganar elecciones, hay que arrasar en ellas.

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En las elecciones del pasado 2 de junio, Morena arrasó, no logró la mayoría calificada en votos, pero sí la está logrando en la mesa, mediante una favorable interpretación de la ley por parte del INE y que seguramente ratificará el Tribunal Electoral. Así los hechos.

La Constitución establece que las reformas constitucionales requieren de una mayoría de los Congresos estatales. Es decir, 17 de 32. Morena ya acumula el control de 27 de 32 Congresos. Coahuila es uno de cinco Congresos no controlados por Morena. Veremos cómo votan a la hora de la hora. La Constitución requiere también dos terceras partes de la Cámara de Diputados, en términos numéricos: 500 entre tres por dos, es decir 334 votos favorables. El INE acaba de reconocer a Morena y sus aliados 364 curules. Dos de tres a favor del bloque gobernante.

El último requisito está en el Senado de la República, cuya conformación ha sido el último dique para lograr un poder absoluto. La Cámara alta está conformada por 64 senadores de mayoría y 32 de primera minoría. Es decir, 96 senadores, tres por cada entidad federativa. Existen además 32 senadores de lista nacional o de Partido, con los que se conforma un total de 128 senadores. De dividir entre tres y multiplicar por dos este número resulta que se requiere el voto aprobatorio de 86 senadores para reformar la Constitución. Morena y sus aliados tendrán 83 senadores. Necesitarían sólo tres senadores para lograr su objetivo, el último requisito.

Las cifras son tan contundentes que ya se da por descontado que podrán reformar la Constitución y, ¿por qué no?, incluso hacer una nueva para ir de la mano con la Historia.

Frente a tanto poder, tanta fuerza y control, tres senadores son poca cosa, se obtienen por las buenas, por las no tan buenas o por las malas. Tienen para escoger: en el PAN habrá 22; en el PRI, 16; en Movimiento Ciudadano, cinco, y del PRD serán dos. ¿Será que ninguno de ellos se quiebre?

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Este es el fondo de la cuarta transformación. El poder o no poder de AMLO al terminar su periodo es un asunto meramente formal. Estos seis años fueron una pequeña probadita. Ahora meterán segunda, tercera y cuarta. Ya se empezó legislando la eliminación de los organismos constitucionales autónomos y sigue la reforma judicial. La elección o no elección de jueces es coyuntural. Ése no es el tema.

El fondo radica en el control político de los tres poderes del Estado mexicano, que pudiera no ser perjudicial en sí mismo, no podemos prejuzgar. Pero tanto poder concentrado nunca ha sido positivo. El poder absoluto corrompe y seduce. Ante eso, los únicos contrapesos quedarán al interior del partido dominante, como ya ha sucedido antes. Ah, y también habrá una oposición testimonial, una sincera y otra corrupta, como ya ha sucedido antes.

X: @chuyramirezr

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