Requiere Piedras Negras un crecimiento sustentable; no desorden y corrupción
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El cambio político para Piedras Negras llegó justo antes de la última llamada. Es una ciudad fronteriza mediana, con una población que ronda los 200 mil habitantes. ¿Cuánto más puede crecer respetando los límites que le impone su entorno natural?
El Tratado de Libre Comercio y la globalización cambiaron a Piedras Negras, al pasar de ser una ciudad pequeña a otra mediana. Anteriormente, sólo tenía un puente internacional, con un carril de ida y otro de vuelta, y otro para el ferrocarril. Las actividades económicas de la ciudad se limitaban a los servicios, el limitado comercio local e internacional, la administración pública, la ganadería y la proveeduría a empresas grandes como CFE. Eso cambió con el TLCAN y el segundo puente internacional, que fue inaugurado por el presidente Zedillo y el gobernador de Texas, George W. Bush, en septiembre de 1999. Desde entonces han pasado veinticinco años.
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El TLCAN cumplió su primer ciclo de vida en el año 2020, cuando Donald Trump le metió mano y lo transformó en T-MEC, con cambios cosméticos y algunas actualizaciones. El crecimiento de Piedras Negras en este cuarto de siglo fue evidente, pero aún estamos lejos del crecimiento de las nuevas grandes ciudades, como Saltillo, Querétaro, Aguascalientes, León o San Luis Potosí, o de los grandes puertos fronterizos como Nuevo Laredo, Juárez, Tijuana o Reynosa. ¡Y qué bueno que así sea!, aún estamos a tiempo de evitar los errores que cometieron esas grandes ciudades.
Recordemos que la economía en México ha crecido de la mano de la corrupción, en el capitalismo de compadrazgo. La planeación gubernamental del crecimiento sólo existe en las cuentas cómplices entre políticos y empresarios afines. Habrá algunas excepciones, pero sin duda es la regla general. La ausencia de planeación en el territorio es más que evidente.
El impacto social y ambiental de este crecimiento desbocado y desordenado se percibe en los cinturones de miseria, en calles y avenidas ridículamente trazadas, sin más sentido que el deseo de dar plusvalía a las tierras del compadre del gobernante en turno. Saltillo y Piedras Negras son campeones en esta materia. Las colonias populares, los hijos abandonados a su suerte, sin actividades o cuidado, mientras papá y mamá viajan a trabajar en la industria, lejos de casa, evidencian el completo desdén por el impacto social. Los sueldos que no alcanzan para vivienda digna, en esta obsesión por la construcción horizontal, es otro capítulo dolorosamente negativo.
Luego viene el deterioro ambiental; ese no se ve o no se quiere ver, pero empieza a sentirse. VANGUARDIA lo ha publicado en varias primeras planas. Diversos grupos sociales lo advierten. Medios de comunicación de alcance internacional lo discuten un día sí y al otro también. El Papa Francisco ha dedicado al tema una encíclica completa, vinculando la justicia social y la medioambiental. La falta de agua es la gran crisis que viene y ya se anuncia. Pero los gobernantes siguen como si nada y buena parte de la población está distraída. El dios del dinero se impone sobre el presente a costa del mañana.
Hoy, una ola se levanta sobre Piedras Negras y Eagle Pass: el nearshoring, la relocalización de empresas a resultas del conflicto entre Estados Unidos y China, las dos grandes potencias de nuestro tiempo, que generará una ola de inversiones estadounidenses y asiáticas en México.
Las grandes fronteras y las nuevas grandes ciudades se encuentran saturadas. Gobierno e inversionistas empiezan a voltear a Piedras Negras, mientras se anuncia un nuevo Puente Internacional III y la ampliación del Puente Internacional II. Frente a esta realidad, ¿qué puede hacer una nueva administración municipal? La primera no priista en noventa y cinco años.
Para encarar lo que viene, nada podemos hacer si no regresarnos a las fuentes, a la esencia de la persona y de la comunidad. ¿Qué entendemos por ser humano?, ¿de dónde partimos para hacer lo que hacemos?, filosófica o antropológicamente. No podemos olvidar que la economía es para la persona y para la sociedad; no la persona y la sociedad para la economía.
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Enric Tello nos dice: “La economía funciona dentro de la sociedad, y ambas dentro de la naturaleza, porque es el sostén que nos da vida... Sin esto no existe sociedad ni economía. No es concebible, pues que la economía deteriore la naturaleza, nos lleva a un camino insostenible. Un mundo finito no puede sostener un desarrollo infinito”. El desarrollo y los bienes se han concentrado en pocas manos, el trickle down economics, o la economía que chorrea, es una ilusión, de la cual nos sobran ejemplos. Si en México le agregamos el elemento de la corrupción, pues la cosa está peor.
El nuevo gobierno de Piedras Negras estará encabezado por un líder joven, carismático y con amplio apoyo social, Jacobo Rodríguez. Cuenta con un equipo dinámico. Tienen la oportunidad de rescatar y encauzar a la sociedad, alejándola de crecimientos desordenados y corruptos, de los cuales nos sobran ejemplos. Les tocará planear el territorio con una visión sustentable, democrática, incluyente y de largo plazo. Una planeación que nos lleve a un crecimiento sustentable, que canalice lo positivo y deseche lo negativo, cuidando el impacto social y el ambiental, luchando por familias en armonía para una comunidad en armonía.