A Gerardo Blanco Guerra, oficial mayor del H. Congreso de Coahuila

Cierto, las mujeres de México han accedido al poder ejecutivo en varios estados, a los puestos de representación popular y hasta a la Suprema Corte. Hoy tenemos a nivel federal la Legislatura de la Paridad de Género y a nivel local el Congreso de Coahuila tiene mayoría de mujeres diputadas aunque, a nivel nacional, existe una agenda pendiente para las mujeres de este país.

Hay mucha injusticia, discriminación, abusos y, lo peor, mucha violencia contra las mujeres. No es propósito de este columnista hacerla de activista, sino que dirigirme al oficial mayor del Congreso local es a modo de acceder a su oficialía de partes para solicitar el apoyo para tres mujeres por una injusticia que se está cometiendo en su contra y que, además de ser vulnerables, subsisten de manera muy precaria en el mineral La Florida, en el municipio de Múzquiz de esta entidad.

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En concreto, estamos solicitando el apoyo de una diputada o un legislador que sienta empatía, que escuche el problema y que pueda gestionar ante quien corresponda la corrección de tal injusticia.

La extracción de carbón en Coahuila ha sido una actividad de mucho sacrificio. La penúltima tragedia minera sucedió hace un año, el 3 de agosto del 2022, y cobró la vida de 10 trabajadores en la mina “El Pinabete” de Sabinas, Coahuila, mineros que quedaron atrapados y cuyos cuerpos no han sido recuperados.

Uno de los 10 mineros es Sergio Gabriel Cruz Gaytán, de 42 años de edad, esposo de la señora Cinthia Maribel Ruiz Solís, de 34 años, y padre de las niñas Lesly y Angélica Cruz Ruiz, de 15 y 11 años de edad. Tras el accidente, estas tres mujeres han quedado en el desamparo y viven precariamente en el mineral La Florida.

En este espacio publicamos a tres días del accidente el artículo “Otra vez Germinal, la tragedia minera”, donde citamos la novela de Émile Zola que denuncia el sufrimiento de los mineros del carbón que mueren bajo tierra en la Francia del siglo 19. Al final de su novela, el escritor sugiere que su obra es la semilla que algún día germinará en una nueva vida para los mineros del carbón.

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Pero vemos que no es así, pues los mineros siguen muriendo sepultados en vida como en Germinal, y en concreto esta viuda y sus dos niñas necesitan el auxilio de un buen gestor que obligue a quien corresponda que les sea entregada su indemnización como ya la recibieron a los 10 días del accidente los deudos de los otros nueve mineros también desaparecidos. Mujeres encumbradas como Rosario Piedra de la CNDH, como Luisa María Alcalde de la Segob y Laura Velázquez de Protección Civil no les hacen caso.

Mujeres y presidentas de Comisión también son nuestras diputadas Luz Elena Morales en Igualdad y no Discriminación. Teresa de Jesús Meraz en Derechos Humanos. Luz Virgil en Trabajo y Previsión Social. Laura Aguilar en Atención a Grupos Vulnerables. Yolanda Elizondo en Energía y Minas. Lizbeth Ogazón en Transparencia y Edna Dávalos en Gestoría y Quejas.

Y hay que ver que esta es una Legislatura con mayoría de mujeres, pero la viuda Cinthia y sus menores hijas Lesly y Angélica siguen en el desamparo y nadie las escucha, sólo su abogado, Mario Lara Salas, quien las defiende pro bono, pero no ha sido suficiente para dar solución a esta injusticia.

Mujeres diputadas, ¡ayúdenlas por favor!