Aeropuerto Felipe Ángeles: primera obra emblemática
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Hoy tendrá lugar la anunciada inauguración de la primera obra emblemática del gobierno de Andrés Manuel López Obrador: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), en Santa Lucía, Estado de México. Con su puesta en marcha, el debate suscitado alrededor de su construcción deberá dar paso a la evaluación de su desempeño diario.
¿Fue una buena idea cancelar el anterior aeropuerto proyectado para operar desde Texcoco? ¿Tendrá el centro del país un mejor sistema aeroportuario a partir de la puesta en marcha del AIFA? ¿Mejorará la conectividad nacional e internacional en materia de viajes aéreos?
Hasta ahora, la discusión en torno a estos temas se ha basado estrictamente en conjeturas, aún cuando las proyecciones que sobre la operación del nuevo aeropuerto se realicen estén basadas en los conocimientos técnicos de los especialistas en materia de aviación.
Incluso las cuestiones más discutidas en los últimos días, relativas al tiempo que tomará trasladarse a Santa Lucía, tendrán datos objetivos para ser juzgadas, pues los usuarios de la nueva terminal aérea podrán emitir opiniones a partir de situaciones reales.
Por lo demás, los elementos a partir de los cuales deberá evaluarse el desempeño del Felipe Ángeles son muy claros y están a la vista: se trata, en esencia, de resolver un problema de congestionamiento del actual aeropuerto internacional Benito Juárez, de la Ciudad de México.
Y el congestionamiento no es un dato basado en la nada, sino en números y series estadísticas: hay un número de pasajeros que deben ser atendidos, un volumen de vuelos que deben ser gestionados, una serie de conexiones con rutas nacionales e internacionales que requieren sincronización.
Muchas son las críticas que el Gobierno de la República ha recibido por la decisión de cancelar el proyecto de Texcoco. Tales críticas se han formulado desde muy diversos frentes: desde el político hasta el económico, sin dejar de lado el estrictamente técnico aeronáutico.
¿Tienen razón los críticos, o quienes desde el Gobierno de la República han impulsado el proyecto del nuevo aeropuerto? Si el Felipe Ángeles demuestra resolver el problema de saturación y ofrece a sus usuarios un servicio al que estos puedan otorgarle buenas calificaciones, la polémica quedará zanjada a favor de la administración López Obrador.
En este proceso, la opinión más relevante será la de los usuarios: quienes usen el aeropuerto, paguen los costos que implique ir y venir de este e inviertan tiempo en dicho proceso serán quienes tengan la última palabra y el espacio para que ello ocurra inicia hoy.
Los especialistas, por lo demás, ahora tendrán mejores elementos para emitir opiniones, pues ya no tendrán que especular sobre la operación del AIFA, sino que contarán con datos objetivos para hacer su análisis y emitir juicios respecto de lo ofrecido.