Agua y desarrollo, surrealismo de Saltillo (II)
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En marzo del 2020, el periódico VANGUARDIA publicó un artículo de mi autoría en la columna ENLACE, con el título “Agua y Desarrollo, surrealismo de Saltillo”. Dadas las condiciones actuales considero conveniente mencionar algunos de sus párrafos:
“El desarrollo demográfico explosivo de Saltillo, está correlacionado con la llegada a la ciudad de consorcios gigantes de la industria automotriz, que han hecho de esta ciudad un pequeño Detroit en el norte de México. Con el crecimiento, la capacidad de carga del valle ha quedado rebasada, impactando la sustentabilidad del medio ambiente y de la población misma. Hoy se tiene que considerar cómo se proveerá de agua a más de un millón de personas como mínimo en 2030”.
“Para lograr ese objetivo, el Director de Agsal contrató en 2015 a una empresa radicada en Texcoco, Estado de México, de nombre Sanx Ingeniería Integral y Desarrollo, S.A de C.V, para que desarrollara el ‘Estudio Geo hidrológico para proponer zonas factibles de explotación de agua subterránea y actualización de la disponibilidad del acuífero Saltillo Sur, Estado de Coahuila’. La bióloga Laura Delia Esparza Hernández, socia minoritaria de Sanx, es quien dirige el estudio”.
“Sanx Ingeniería está clasificada como microempresa en los directorios del Estado de México. Y por algún motivo le fue delegado el estudio del Acuífero Saltillo Sur. Esto ha sido denunciado por diferentes organizaciones ciudadanas y nadie los ha tomado en cuenta”. ¡Increíblemente surrealista!
“En reportes de la Comisión Nacional del Agua se indica que en 2018 el acuífero Saltillo Sur tenía una recarga de 13.1 millones de m3/año, y estaba ya sobre-concesionado. Sin embargo, el estudio de Sanx determina que existe una recarga natural del acuífero de 70 millones de m3/año, por lo que tiene una posibilidad de explotación de 40 millones. De estos, Agsal quiere 31.6 millones de metros cúbicos de agua para asegurar su negocio por muchos años más”.
“En los 18 años de vida de Agsal, ha sido acusada en múltiples ocasiones de violar la Constitución del País, la del Estado, así como normas, reglamentos, el Contrato de asociación y el de Asistencia Técnica. ¿Por qué quienes integran el Consejo de Administración, los organismos empresariales y autoridades no se han manifestado preocupados en revisar lo que afirman unos y otros? ¿Por qué el alcalde no asume la función de presidente del Consejo de Administración? ¿Por qué no se controla la pérdida por fugas de más de 40 por ciento del agua que se extrae? ¿Por qué no se promueve el uso industrial del agua residual tratada que se tira al arroyo después de la planta de tratamiento principal? ¿Por qué no existen campañas intensivas de ahorro de agua? ¿Por qué si pagamos más de un millón de pesos por asistencia técnica mensualmente, no han podido controlar el sarro y las presiones demasiado altas en varias partes de la ciudad? ¡Increíblemente surrealista!
“Únicamente la Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo, AUAS, A.C. los ha denunciado local, nacional e internacionalmente, y no ha pasado nada”.
“En conclusión, no pretendamos entender de manera lógica lo que pasa con el agua en Saltillo, tal vez desde lo absurdo sea más fácil. Con ello me refiero al caos que se vive y los claroscuros que prevalecen en la vida cotidiana de todos los saltillenses y la administración del agua. Y es esta realidad la que se confronta con una minoría que nos recuerda la enorme desigualdad que se vive en Saltillo. Eso, estimados lectores, es surrealismo”.
El pasado 24 de octubre en otro artículo mío publicado en VANGUARDIA mencionaba que “Es preocupante la reserva de agua que se tiene para el presente y futuro de la región. Según datos de la Conagua, los tres acuíferos de los que se abastece la ciudad de Saltillo son: Saltillo–Ramos Arizpe, Cañón de Derramadero y Saltillo Sur– se encuentran sobre explotados, ya que su disponibilidad media anual es negativa. Estos datos son contundentes para conocer el alto riesgo en el que se encuentra Saltillo y nos hace deducir que ha existido un contubernio perverso entre la CNA y los demandantes de agua. Y a pesar de tener el conocimiento de que los acuíferos de los que se surte la ciudad de Saltillo, están sobre-explotados, ¡la ciudad sigue creciendo!”
Retomo el Surrealismo en Saltillo.
El pasado miércoles, el Cabildo de Saltillo aprobó un punto de acuerdo propuesto por la Comisión de Planeación, Urbanismo, Obras Públicas y Centro Histórico, la cual –en sesión del 27 de septiembre de 2022– estudió y analizó la solicitud hecha con antelación, aprobando por mayoría, con la abstención de la regidora Juana Lidia Torres Valdés, la actualización del Plan de Desarrollo Urbano de “Ciudad Derramadero”. En su momento, el actual Director de Desarrollo Urbano de Saltillo, José Antonio Lazcano Ponce, comentó que se hizo un estudio muy serio y acucioso de la parte hidrológica a detalle, para evitar cualquier situación que complique el desarrollo, porque se da protección a la zona, además las áreas verdes que se contemplan. El informe “DERRAMADERO La “Ciudad Modelo”, elaborado por Fundación Villa de Patos, A.C. y el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario, A.C., con fecha 2018, menciona que los acuíferos que abastecen a Saltillo están sobreexplotados. Cabe anotar que dicho estudio contiene datos que a la fecha son obsoletos. Llama la atención que esta noticia no se dio a conocer en ningún medio de comunicación.
La situación que se vive en la región sureste del Estado, en relación a la disponibilidad del agua, nos pone delante de una perspectiva trágica. Quienes han tenido que tomar la decisión de aprobar el mencionado proyecto, no pueden permitirse el lujo de ignorar todas las evidencias del gran déficit de agua que existe, porque sin agua no puede haber desarrollo y el patrimonio de los saltillenses se verá en peligro cuando ésta escasee.
Tienen que entender que existen diferentes valores e intereses discrepantes: el imperativo de la necesidad publica del agua, en primer lugar y luego el funcionamiento del desarrollo y la economía.
Lamentablemente quienes integran los cabildos no actúan por iniciativa propia, sino que se rigen por el mandato de la autoridad máxima que es el Alcalde. Y éste a su vez responde a intereses y compromisos con las clases dominantes en la sociedad, por así convenir a sus intereses. Que haya varias perspectivas sobre un mismo asunto no los exime de la obligación de aprobar lo que es más importante para la comunidad; sirve para que caigamos en la cuenta del dramatismo de las decisiones en un entorno de complejidad, como lo es especialmente en este caso la crisis del agua. La exigencia de responsabilidades ha de tener siempre en cuenta estas tensiones y quienes deciden han de mejorar los procedimientos de la decisión. La complejidad de la toma de decisiones no es una disculpa sino una exigencia, aunque los que están en posiciones directivas no entiendan lo que está ocurriendo, puesto que viven en entornos cerrados que les impide ver lo corrosiva que es su actuación unilateral, a costa de las necesidades de la comunidad. Eso es surrealismo.
Rodolfo Garza Gutiérrez