AHMSA; la ‘era’ de Alonso Ancira ha quedado atrás

Luego de más de tres décadas de encabezar la acerera Altos Hornos de México, Alonso Ancira Elizondo finalmente dejó esa posición ayer, al constituirse un nuevo Consejo de Administración encabezado por los nuevos accionistas mayoritarios: Argentem Creek Partners.

No se trata solamente de un relevo accionario en la empresa -que constituye el motor económico de la Región Centro-, sino de una auténtica renovación de la acerera. Una nueva era ha iniciado y el hecho tiene múltiples lecturas para el sector económico del que forma parte, así como para Coahuila.

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Imposible ignorar la personalidad de quien, durante todos estos años, encabezó una empresa a la cual se le identificó, en los últimos tiempos, sobre todo por los escándalos provocados por el “estilo personal” de Ancira Elizondo.

Lo deseable es, desde luego, que el recambio en sus directivos sirva para dejar atrás el período en que la confusión entre la actividad empresarial y los intereses políticos signaron el derrotero de AHMSA. Y ello es importante debido a la influencia que la empresa ejerce en la economía de la zona donde se encuentra ubicada.

Altos Hornos de México, es conveniente siempre recalcarlo, es una empresa privada. Pero su actividad tiene una influencia que va mucho más allá de lo meramente empresarial. No hace falta argumentar mucho para dejar claro que si las decisiones de sus directivos no resultaban las adecuadas, los habitantes de la Región Centro padecían las consecuencias.

Por ello es que las circunstancias en las cuales se da el relevo anunciado ayer no son solamente una nota para la sección de negocios de los medios, sino un hecho que debe analizarse a partir de las múltiples traducciones que el derrotero de la empresa ha tenido históricamente para las cientos de miles de personas ligadas a ella.

Por otro lado, la prolongada polémica en que su hoy ex principal directivo, Alonso Ancira, se vio involucrado con el Gobierno de la República es un elemento insoslayable del análisis: su participación en la realización de actos ilegales -que llevaron a su persecución judicial- es un elemento objetivo de dicho análisis.

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Puede argumentarse, desde luego, si la forma en la cual la administración de Andrés Manuel López Obrador gestionó este conflicto fue la más adecuada, pero en cualquier caso es imposible ignorar el hecho de que, al final, existió un acuerdo entre Ancira y las autoridades judiciales que implicó el reconocimiento de una afectación a las finanzas públicas.

Es de esperarse, desde luego, que la nueva era iniciara ayer para AHMSA sirva para dejar atrás, en forma definitiva, el último período de crisis que hemos reseñado en los meses recientes y que estuvo caracterizado por la parálisis de la empresa.

La entidad privada llamada Altos Hornos de México no es responsable de las conductas de quienes le dirigieron en las últimas tres décadas. Corresponde ahora que su nombre se convierta, como lo fue largamente, en un estandarte de crecimiento y generación de riqueza para la región donde está asentada.