Ahora resulta... Mariana Rodríguez, Samuel García y Vicente Fox

Opinión
/ 27 noviembre 2023
true

Le brotaron como gremlins en aguacero los “defensores de oficio” a Mariana Rodríguez

Les platico que en particular me dieron risa unos que le “exigieron” a Fox que tenga la bondad de disculparse con la esposa de Samuel García.

A esos oficiosos de cerebros desamueblados, el expresidente panista ni siquiera los hace en este mundo.

En particular me dio ternura uno que trabaja en cierta Secretaría venida a menos del gobierno fosfo fosfo del nuevo Nuevo León, que en un twitt X le pide a Vicente que se disculpe por la “ofensa” proferida a la esposa del jefe del jefe del jefe del jefe de su jefe.

$!Mariana Rodríguez y su esposo Samuel García.

De ese bajísimo nivel es el puesto que ocupa el mentado funcionario en el gobierno de NL, que se rasgó las medias y las vestiduras por la esposa del conato de candidato naranja a la presidencia de México.

Dan ganas de decirle:

Siéntate, bato, no te vayas a cansar de esperar así, sentadito la disculpa que reclamas al expresidente.

Fox le dijo a Mariana que es una “dama de compañía” y sobraron los interpretadores de oficio que le dieron a tal expresión una mala connotación.

Mariana no necesita guajes para nadar

Es más, ni ella misma hace en este mundo a sus “defensores oficiosos”.

La esposa de Samuel ya le respondió a Fox, tildándolo de misógino y echando por delante la violencia de género y no sé cuántas lindeces

más.

Más exageradas que el twit X de Fox han sido las respuestas de Mariana y las de sus oficiosos defensores, con decirles que hasta Xóchitl se trepó al tranvía.

$!Qué necesidad tiene la criatura de andar en estos moles en que la traen sus papás

Mariana y todos los influencers como ella saben el riesgo al que se exponen ventilando en público sus vidas privadas.

La fama que tanto buscan para sus afanes comerciales, o como ella misma dice, de empresaria, trae consigo eventos como el referido.

Si no se quiere ver expuesta a estas cosas, pues que no se exhiba tan públicamente como lo hace ni ande haciendo apología familiar para apuntalar los afanes oníricos de su marido.

Deje a la familia en casa y en su caso apóyelo solita con su presencia.

A menos de que su intención sea jalar simpatías hacia su marido, vendiéndolo como un amoroso padre de familia que carga -solo para la foto- a una infanta que nada tiene que ver ni hacer en este argüende.

Nomás porque la nena aún no habla, pues capaz de que preguntaría a sus progenitores: “y yo que diablos naranjas pinto en este embrollo?”

Fox es un inocente corderito jubilado, comparado con lo que le espera a esta pareja de influencers si siguen haciendo alarde de sus “habilidades publicitarias” -con el dinero de otros- para promoverse públicamente.

Cajón de sastre:

Mariana y Samuel son entes públicos porque ellos lo quieren. Entonces, aguanten vara.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM