Alcoholismo 4: De Wilde a las tragedias actuales

Opinión
/ 30 septiembre 2024

El alcoholismo es el sexto factor de riesgo de muerte y discapacidad en el país (ESANUT). En México más de 20 millones de personas lo padecen (o lo disfrutan, según sea su enfoque, señor lector). Al divino Oscar Wilde no lo podemos imaginar sin una copa de champagne en la mano –lo más fría posible, decía al camarero–. El autor de “El Retrato de Dorian Grey” era goloso para el buen yantar. Sus memorias y sus diferentes estudios biográficos así lo retratan. Graham Greene aparece en fotografías siempre con copa en mano, disfrutando de cualquier licor apetecido.

Ni se diga Francis S. Fitzgerald, Ernest Hemingway, Stephen King en la primera etapa de su vida, Jack Kerouac... en fin, la nómina es larga y el espacio corto para este tipo de ensayos y palabras de las cuales aquí le he presentado siempre una estampa al respecto. Pero si a la ingesta de alcohol le agregamos depresión, melancolía, tristezas y drogas, el coctel de muerte está servido. Gracias por leerme y hacer suya esta saga de textos, los cuales son suyos por su aportación.

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Muchos, hartos comentarios me han llegado y me siguen llegando al abordar semejante flagelo, no sólo entre nuestros jóvenes, sino en cualquier estrato de la sociedad toda. Incluidas, claro, las mujeres que subieron, luego de la pandemia de COVID-19, considerablemente su ingesta de alcohol. Los números desgraciadamente no mienten.

El confinamiento por el COVID-19 alentó patrones de alto consumo de alcohol. El encierro hizo más alcohólicos a los mexicanos (sigo los datos del Instituto Nacional de Salud Pública 2022). En las mujeres adultas aumentó el consumo de 33.5 a 42.5 por ciento. Entre jóvenes (menores de edad, para los cuales y en teoría está prohibida su venta y consumo) aumentó la ingesta de alcohol 13.9 por ciento.

Y claro, lo anterior provoca o está relacionado con poco más de 200 enfermedades: cáncer, afectaciones intestinales; diabetes, epilepsia, cirrosis... amén de conductas sociales como la ira, el vandalismo, la criminalidad y sadismo, la incontrolable violencia familiar, prostitución, accidentes de tránsito; que son muertes seguras.

El alcohol y las drogas pueden y afectan a los espíritus privilegiados por los hados en materias como música, canto, literatura, pintura. Nadie se salva de la maledicencia del alcohol y las drogas. No es cuestión de ser un espíritu fuerte o cobarde, es cuestión de que son eso, drogas para una enfermedad que se lleva en el cuerpo y en el alma.

Una de mis heroínas del jazz, la gran Billie Holiday fue aficionada (adicta, pues) a las drogas psicoactivas, usándolas durante casi toda su vida. Fumaba mariguana desde los 12 o 13 años de edad. Pero fue la maldita heroína la que la destruyó. No está claro quién fue el que introdujo a Holiday en las drogas, pero historiadores y fuentes contemporáneas coinciden en que comenzó su uso abusivo de intravenosas en 1940.

Los éxitos de Holiday fueron castigados por su dependencia a las drogas y el alcohol, así como las relaciones personales que hoy están tan penadas y se consideran abusivas. Esto afectó a su voz como también sus posteriores grabaciones: su espíritu siempre joven fue reemplazado por un matiz de remordimiento. Pero su impacto en otros artistas es indudable. Sus huellas se pueden rastrear en dos monstruos igual que ella: Janis Joplin y Nina Simone.

ESQUINA-BAJAN

Lo siguiente no tiene nada de literario, romántico o disfrutable, sino que es nuestra crítica y tremenda realidad: “Acelera ebrio y aplasta a su amigo. Ahora debe una calaca”; “Deja a cientos sin electricidad. Un sujeto en completo estado de ebriedad chocó contra un poste de la CFE y dejó cientos de ciudadanos sin electricidad por más de cinco horas”; “Un joven volcó a bordo de una camioneta tras circular ebrio y a exceso de velocidad...”.

Siguen noticias del día domingo 22 de septiembre: “Salvan de morir a conductor ebrio. Testigo evita que se achicharre. Estrella su auto en el sarape contra base y sale proyectado, para luego volcarse e incendiarse en Fundadores”. Siguen los dramas del alcohol: “Borracho destroza su auto en el Valle de las Flores. Resulta ileso conductor ebrio, quien es detenido”. El rosario de percances no tiene fin.

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El alcohol, ese eterno estimulante ha sido factor fundamental en la creación de esos espíritus del infierno que son los creadores. Verdad de Perogrullo: los poetas, pintores y compositores emplean el alcohol por la misma razón que la mayoría de la gente, para estimular los pensamientos y sentimientos, para relajar la mente a fin de poder emprender una dura tarea y, en muchas ocasiones, para lograr un estado de indulgencia.

Bajo la influencia del vino, Utrillo pintó las más exquisitas vistas de París, con suaves pinceladas en blanco, grises y verdes. Se cuenta que sus parientes solían dejarlo con una botella de vino y una tela en blanco, y al regresar encontraban una botella vacía, un artista ebrio y una bella pintura, que a menudo representaba una vista de Montmartre con su vibrante atmósfera.

LETRAS MINÚSCULAS

Lo contrario es devastador: el censo de la ENSANUT estima que al menos 4 por ciento del total de lesiones causadas en accidente de tránsito podrían prevenirse si se elimina el consumo excesivo de alcohol en la población de 10 años y más.

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