Ancira: ¿camino de ‘salirse con la suya’ una vez más?
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La noticia sólo podía ser sorpresa para quienes no han vivido en Coahuila en las últimas dos décadas y por ello ignoran la forma en la cual el “hombre fuerte” de Altos Hornos de México (AHMSA) resuelve sus problemas. Para el resto, es una cuenta más en el rosario que conforma la historia de Alonso Ancira Elizondo.
Nos referimos, desde luego, a la noticia que ayer corrió como reguero de pólvora e informaba sobre la decisión del Consejo de Administración de AHMSA de revocar el acuerdo mediante el cual el grupo de inversionistas conocido como Alianza Minerometalúrgica Internacional (AMI) adquiriría la mayoría accionaria de la acerera asentada en Monclova.
Tal decisión, de acuerdo con el comunicado difundido ayer por AHMSA, se tomó en virtud del “incumplimiento de cláusulas” en el cual incurrió la AMI, aunque ello no cancelaría la posibilidad de seguir negociando con dicho grupo la venta de las acciones de la familia de Ancira Elizondo.
Al tiempo que canceló el trato con los inversionistas que encabeza Julio Villarreal, presidente del Grupo Villacero, AHMSA anunció que habría cumplido con el acuerdo reparatorio que suscribió con Petróleos Mexicanos como parte del proceso penal que llevó a la extradición de Alonso Ancira luego de ser arrestado en España.
Con independencia de la opinión que se tenga sobre el proceso legal que llevó a la liberación de Ancira, y que incluía −de forma tácita− el compromiso de que un nuevo grupo empresarial asumiera el control de AHMSA, lo que resulta preocupante es que la indefinición sobre la suerte de la acerera persista y eso afecte la economía de la Región Centro de Coahuila.
En este sentido, el aspecto más preocupante de esta trama es que, ante el golpe de timón que han dado Ancira y sus socios, la situación de Altos Hornos vuelva a complicarse y eso impacte la suerte de las miles de familias que dependen de la estabilidad de la empresa.
Resulta obligado señalar, que una parte de la responsabilidad la tiene el Gobierno de la República, que ha supeditado la resolución del problema de fondo al cumplimiento de condiciones que se parecen más a una venganza personal del presidente López Obrador que a un intento de hacer justicia.
La obsesión del Presidente por “recuperar” lo que presuntamente perdió el Gobierno de la República en la compra-venta de la empresa Agronitrogenados, en realidad lo que ha logrado es abrir la posibilidad para que Ancira y sus socios avancen el proceso de “salirse con la suya” nuevamente.
Y con ello, lo que resulta obligado cuestionar es si al final, como advierte la voz popular, no nos está resultando más caro el caldo que las nueces. O, para decirlo en otras palabras, si el costo que está pagando la comunidad de la Región Centro ha valido la pena. Todo hace indicar que no.