Berghain: el fuego de la Rosalía y el arte de reinventar lo cotidiano

Opinión
/ 27 octubre 2025

En el universo creativo de Rosalía la vida diaria no se observa, se transforma. Cada gesto, idioma y sonido que atraviesa su experiencia vital se convierte en materia prima para construir nuevas realidades. Su reciente pieza “Berghain”, grabada en Polonia bajo la dirección de Nicolás Méndez, no es solo un videoclip; es un manifiesto sobre cómo la creatividad puede reorganizar la existencia, moldearla y devolverla al mundo como un nuevo cosmos simbólico.

El nombre del tema remite al legendario club berlinés Berghain, ícono del techno global, ubicado en una antigua central eléctrica. Allí, la energía industrial se vuelve ritmo y el ruido se transforma en lenguaje. Rosalía toma ese espacio —símbolo del exceso y la libertad— y lo resignifica: lo convierte en una metáfora de su propio proceso interior, donde las tensiones del cuerpo y la mente se funden para generar sentido.

El video muestra a Rosalía entrar a su departamento, donde al correr la cortina y entrar la luz da pie a una obertura de cuerdas a cargo de la London Symphony Orchestra, que a su vez da paso a un coro solemne en alemán:

“Seine Angst ist meine Angst / Seine Liebe ist meine Liebe / Sein Blut ist mein Blut”

“Su miedo es mi miedo / su amor es mi amor / su sangre es mi sangre”.

Desde ese momento, la voz de Rosalía, de registro lírico, emerge como si el alma se convirtiera en materia sonora. Cuando entona el verso:

“Die Flamme dringt in mein Gehirn ein / Wie ein Blei-Teddybär”

“La llama penetra mi cerebro / como un peluche de plomo”

Lo cotidiano —el afecto, la ternura, el peso emocional— se transforma en imagen surrealista. Cada acción que realiza en el video —lavar, planchar, beber café, caminar por la calle o viajar en autobús— pertenece a la esfera más simple de la rutina. Sin embargo, en su mirada, esos gestos cargan de potencia simbólica: son rituales de creación. Los músicos que la acompañan, que se revelan ante la luz, representan precisamente ese vínculo invisible entre la música y la cotidianidad. No son solo intérpretes; son presencias interiores que habitan su mundo, acompañándola en su fragilidad y su fuego, manifestaciones del proceso creativo que late en su interior aun en los actos más simples.

El cuadro de “La dama del armiño” de Leonardo Da Vinci, que aparece fugazmente en el video, amplifica este diálogo entre lo íntimo y lo trascendente: la figura femenina como guardiana del misterio, como si el arte antiguo fuera el espejo de una sensibilidad moderna que busca renacer en cada movimiento.

En el segundo acto de la pieza, surge la voz de Björk como una fuerza que irrumpe desde lo divino. Su timbre etéreo atraviesa el espacio y actúa como puente entre el mundo real y la metanoia, transformando la escena en una dimensión suspendida, donde la conciencia de Rosalía se expande hacia lo espiritual. La música se vuelve plegaria.

Pero el viaje no termina ahí. En el tercer y último acto, la atmósfera cambia; el color desaparece, los sonidos electrónicos se distorsionan, y el tono se vuelve oscuro, casi onírico. Es el territorio de las pesadillas, donde la artista confronta las sombras de su propio universo. Allí, la creación se muestra en su forma más cruda: un proceso de destrucción y renacimiento, de pérdida de control y reapropiación del sentido.

En su libro “The Creative Act: A Way of Being”, Rick Rubin ilumina este proceso: “A través del simple hecho de ser, ya somos creadores del mundo que percibimos”. Rosalía convierte esa idea en experiencia visual y sonora. La creatividad no es una respuesta al entorno, sino una forma de existir dentro de él, de reinterpretarlo. Su cotidianidad —sus objetos, su idioma, su cuerpo— se vuelven herramientas para reescribir el presente y abrir un nuevo espacio emocional compartido.

Así, Berghain se revela como un tríptico: lo cotidiano, lo divino y lo onírico. Tres dimensiones de una misma energía creadora. Rosalía no describe el mundo: lo reimagina. Y al hacerlo, nos recuerda que la verdadera revolución del arte comienza siempre en lo más próximo —en una taza de café, una voz interior, una llama que penetra el corazón.

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Creadora mexicana, mestiza, migrante y nómada por elección, cazadora de atardeceres, tejedora de sueños y aprendiz incansable. Cree en el arte como lenguaje universal que dignifica y une a todos los seres humanos sin discriminación; así como en los procesos creativos como forma de construir utopías sociales en realidades tangibles.

Apasionada y comprometida con el impacto de las artes y la cultura en el ámbito social, enfoca su trabajo en la creación y gestión de proyectos que generen puentes entre instituciones, sociedad civil y artistas comprometidos con el desarrollo social y sustentable para tejer un entramado socioambiental más justo.

Ganadora del Premio KAENA Mujer con valor 2021 por Liderazgo Cultural/Danza emitido por el Instituto Coahuilense de las Mujeres y KAENA; seleccionada como beneficiaria de PECDA Coahuila 2018 y Apoyos Especiales del Fonca 2018.

Actualmente forma parte del Seminario permanente de Investigación de Fenomenología de la Danza de la Cátedra Gloria Contreras de DANZA UNAM, y es Directora de Arte y Comunicación de The Sustainability Atelier.

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