Block de notas (4): de violencia, Biblia y algunos temas ‘vulgares’
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Gracias. Lectores como usted, el cual hoy atiende estas letras, me comentan que las están coleccionando y poniendo engrapadas en legajos para hacer un consecutivo. Luego de ello, varios me han comentado, repito, ponen sus propias observaciones e ideas. Así debe de ser. Lo anterior me obliga a seguir escribiendo, seguir atento a la polución de mis ideas y claro, escribir mejor aún en honor a usted. Una vez más, gracias de corazón, palabra y pensamiento por leerme. Este “Block de notas” es suyo, de nadie más.
Tengo una muletilla que estoy poniendo en práctica y creo usted ya lo ha notado: estoy glosando, analizando y actualizando algún versículo, algún parágrafo o episodio bíblico en cada entrega de esta saga. ¿Por qué lo hago, para qué lo hago? De entrada es algo sencillo: lo hago por y para mí. Sigo pensando que la Biblia es hoy letra viva y no letra muerta. Y sigo pensando que sus enseñanzas, poemas, aforismos, sentencias e historias, aplicadas al aquí y ahora, sirven tanto como sirvieron en la antigüedad.
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Pero también usted lo ha notado, lejos estoy de pontificar, de repetirle una y otra vez que Dios es bondad, es amor, justicia; que el espíritu santo derramará en usted bendiciones, cumplirá sus anhelos, purificará su corazón y un largo bla bla bla. No. Tal vez mis pretensiones sean menos divinas y sí más pedestres y primitivas: sólo quiero transmitirle mis reflexiones y disquisiciones sobre semejantes textos que componen la Biblia. Sólo quiero decirle con mis palabras que lo mejor de su ser y esencia no está en buscar el cielo, sino en su piel y esqueleto. Sí, es aquel verso de Walt Whitman: “He visto que lo mejor de mi ser está agarrado a mis huesos”.
¿Dios condena y castiga? ¿Dios salva y libera? ¿Usted así lo cree? Si usted dice sí, lo respeto. Pero para mí no existe lo anterior. Le digo, yo sigo buscando, leyendo, oteando y pensando la Biblia y en Dios bajo una sola tirada de naipes: uso mi sesera, uso mi inteligencia. Y caramba, lo hago bajo un sólo palio: mi escasa inteligencia, lo repito. Y todo, todo está por hacerse, leerse, interpretarse y clarificarse. Una y otra vez. Nuevas interpretaciones a los aforismos de siempre.
Nota uno: en días pasados, en un texto pretérito y a vuela pluma, le dije de una nota periodística que le dio la vuelta al mundo: en el estado de UTAH, Estados Unidos, prohibieron en un distrito escolar (Distrito Escolar Davis, con alrededor de 72 mil estudiantes), en escuelas públicas, leer la Biblia por tener en su redacción “vulgaridades y violencia”. Pues caray. Así es la vida real. Con vulgaridades y harta, harta violencia. Aquí o allá. ¿Noticias frescas del paraíso gringo donde se espantan al leer la Biblia? Lea usted. Van sin orden, fecha ni concierto. Es de lo más reciente.
Nota dos: 4 de junio. Un hombre fue asesinado a tiros mientras se cortaba el cabello en un centro comercial (“North Star Mall”) en San Antonio, Texas. 600 personas fueron desalojadas. El pánico y el terror, como siempre, circularon en hartos videos en redes sociales.
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Nota tres: Las masacres en centros comerciales gringos no son novedad. El pasado 6 de mayo, un hombre armado mató a ocho personas e hirió al menos a otras siete en el “Allen Premium Outlet”, en Dallas. Es fecha que apenas van a reabrir. Un cable del “Dallas Morning News” dice lo siguiente: “La cadena Simon, propietaria del centro comercial, dijo que está aumentando la seguridad para los clientes y los miles de empleados que trabajan allí”.
ESQUINA-BAJAN
Nota cuatro: No pocos lectores, como usted, que me hace favor de atender estas letras, se han comunicado para deletrear e intercambiar opiniones con motivo de un buen tema de este “Block de notas”: cagar y leer. Lo dije en un buen y fluido francés. Ahora un poco elegante o eufemístico: la relación entre defecar, ir al baño o al retrete y leer allí. El llamado “trono”. Es un tema no menor ni baladí, contra lo que usted pueda pensar. Un lector que pidió omitir su nombre, dice que sí, cuando anda estreñido y olvida llevar un buen libro al “trono”, ya cuando está sentado y al no tener material de lectura a la mano... ha dado cuenta de todas las etiquetas de los champús, jabones, detergentes, ácidos y todo cuanto hay a la mano legible.
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Nota cinco: ¿Es tema baladí? Absolutamente no. ¿Jesucristo o sus apóstoles, al ser humanos, iban al retrete? Por supuesto. La Biblia lo dice, aunque lo anterior a los gringos de UTAH les parezca “vulgar”. Aunque luego lo analizaremos puntillosamente, revise usted y nada más como entrada en materia: Deuteronomio, Éxodo, Levítico, Ezequiel, Isaías, Lucas...
Nota seis: El cínico, genial y deslenguado Henry Miller ha escrito: “... si alguien aduce que leer mientras se está sentado en la taza ayuda a mantener el vientre suelto, entonces le diré que lea la literatura más lenitiva posible. Que lea los Testamentos, pues son obra del Señor... Yo, en particular, estoy convencido de que se puede tener fe y confiar en el señor sin leer las Sagradas Escrituras en el retrete”.
Nota siete: No, señor lector, no hay temas tabú: intocables o baladí. Y todo tiene que ver con todo, como lo hemos explorado en varias sagas aquí deletreadas. Si estamos vivos, tenemos que beber, leer, comer, dormir y, claro, cagar. Defecar pues, es cosa escatológica, pero ya lo vimos, está en la Biblia.
LETRAS MINÚSCULAS
“El hombre mide el vago tiempo con el cigarro”. Verso de Jorge Luis Borges. ¿Fumar, tema fútil? Un cigarro, una eternidad. Todo está por explorarse...