Caos en Saltillo: Carece la ciudad de infraestructura suficiente para eventos masivos
Uno de los accesos viales alrededor del estadio Francisco I. Madero estaba cerrado. Vallas blancas detenían el paso de los automovilistas, obligando a seguir por una calle alterna. Se entendía que la abrumadora llegada de la gente por el concierto de Luis Miguel, hace unas semanas, complicaría el tráfico de la zona.
Así, obligados a hacerlo para llegar a su propia casa, numerosos automovilistas hubieron de realizar la operación. Lo mismo ocurriría dos días después, pues se presentaba otro cantante popular. En esta ocasión, menos personas estaban enteradas y no se fijaron, como fue en el caso de Luis Miguel, que otro concierto de grandes oleadas de personas tendría lugar en el mismo lugar el 21 de septiembre pasado.
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Las maniobras viales fueron las mismas, pero en esta ocasión, al haber más confusión y zonas escasamente iluminadas, se presentaron incidentes que al menos no se convirtieron en accidentes.
La ciudad está recibiendo en las últimas fechas actores populares y cantantes que traslada asiduos de un lugar a otro. Y, para empezar, en el tema del tránsito se debe trabajar a mayor conciencia. Al tráfico del día a día, donde los accidentes son frecuentes, debemos agregar los producidos por el movimiento de tantas personas a los espectáculos especiales que generan enorme interés y expectativa.
La circulación de los automóviles durante el día y en la noche tienen una dinámica diferente, pero igual de agitada. Por el día, las mañanas se saturan de coches conducidos, en lo general, por personas apresuradas que se dirigen a las escuelas y a los trabajos. Las prisas imponen velocidades irresponsables que igual se van a repetir a la hora en que se recoge a los niños en las mismas escuelas, alrededor de mediodía en zonas específicas, agregando los clásicos embotellamientos.
Del hasta ahora transporte público ni hablar. El pésimo servicio de las unidades, que siguen con velocidades imposibles, está vigente: esperamos el tan ansiado cambio en la estrategia de transporte anunciada.
Ojalá que resulte efectivo, así como la campaña “La decisión es tuya”, que busca la reflexión, donde se señala la importancia de conducir por la ciudad en buen estado.
Porque, en verdad, durante las noches es el terror en muchas zonas. Conducir por la antigua carretera a Arteaga es un peligro. Hay zonas oscuras, producto de farolas descompuestas que impiden una visualización correcta y el conductor se siente presionado por automovilistas que corren apresurados por esa vía, que la toman como pista de carreras.
De sur a norte y de norte a sur, del lado oriente del Periférico, si por las mañanas es agobiante y lento el tráfico, por las noches es otra pista de carreras. Lo mejor es no atreverse a circular por ahí, cosa que se va a repetir en muchas zonas de la ciudad.
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En el mismo sentido, la acción de las autoridades debe hacerse presente igualmente en los protocolos de Protección Civil como en las autorizaciones de las diversas sedes para que los eventos de gran magnitud deban llevarse a efecto.
El “Francisco I. Madero”, por ejemplo, no está ideado específicamente para los eventos multitudinarios a los que se le sometió. Hubo gente hasta en los jardines y un aforo de miles de personas, pero, en cambio, una salida muy precaria.
Resulta indispensable que se produzca un cambio en la ciudad para recibir a las grandes compañías de teatro, de danza, de música. La infraestructura ha quedado insuficiente para una ciudad cuyo crecimiento en los últimos años ha sido acelerado.