Ciudades inteligentes, de la utopía a la realidad

Opinión
/ 3 diciembre 2022

La tecnología está inmersa en nuestra vida diaria; al comunicarnos, al realizar compras, en el trabajo, al hacer ejercicio y en muchas ocasiones hasta al dormir.

De acuerdo a la ONU, una ciudad inteligente o smart city es aquella que usa la tecnología como herramienta para optimizar la eficiencia de la urbe y de su economía, siempre y cuando sirva para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y proteger el entorno así como la naturaleza.

Lograr un equilibrio entre acciones de implementación, optimización de recursos y una interconexión entre los habitantes de una ciudad inteligente, es un reto interesante y visionario, en el que instituciones, empresas tecnológicas y de otros sectores, así como la asimilación y adaptabilidad de los ciudadanos, hacen de la aplicación e implementación de una smart city, una realidad tangible.

Si bien el concepto de “ciudades inteligentes” tiene una connotación únicamente digital, Zepeda mencionó que en realidad un 30% tiene que ver con la tecnología y 70% es la estructura mental basada en conocimientos que tiene cada sociedad; es decir, cómo entendernos el universo y cómo nos apoyamos con la tecnología para que sean más prósperos, y a su vez interconectar las ciudades.

Esto suena muy lógico, ya que son los habitantes los que gestionan y hacen productiva y eficiente una ciudad inteligente. Para el Banco Interamericano de Desarrollo, una smart city “es aquella que coloca a los ciudadanos como el centro del desarrollo; incorporando Tecnologías de la Información y Comunicación en el ecosistema urbano”; utilizando estos elementos como herramientas para fomentar la gestión de un gobierno eficiente, que incluya procesos de planificación colaborativa.

Al promover y comenzar a implementar un desarrollo integrado y sostenible, son varios sectores los que se tornan más innovadores, competitivos y resilientes; de la misma forma, se crea esa interconexión entre urbes.

La eficacia es imperativa, ya que los grandes centros urbanos del mundo tienen cada vez más necesidades para soportar el considerable crecimiento de sus habitantes. Estudios estiman que para el año 2050 más del 60% de la población mundial vivirá en las grandes ciudades, lo que significa que las exigencias para las Smart Cities aumentarán año tras año.

En México, empresas y dependencias están apostando por la innovación para transformar y conformar en simetría a las grandes urbes en ciudades inteligentes mediante Tecnologías de Información y Comunicación.

Una de esas empresas que lo está realizando es la regiomontana TSN, ya que brinda a las nuevas ciudades la capacidad de lograr el crecimiento, actualización e innovación que los ciudadanos necesitan para una mejor adaptación y mejoramiento en su calidad de vida.

Intel puso el ejemplo de un semáforo inteligente que mide los niveles de tráfico en un cruce; los datos que recopila van a un portal a fin de facilitar servicios a sus ciudadanos y crear un ambiente más propicio para los habitantes de la ciudad.

AT&T se ha asociado con varias ciudades de Estados Unidos para ayudar a resolver difíciles problemas en el tránsito, la iluminación, el aparcamiento, la seguridad y la infraestructura.

Arity reúne datos de conductores de automóviles, equivalentes a miles de millones de kilómetros, para ayudar a pronosticar resultados de conducción.

Cisco desarrolla tecnologías para la ciudad digital del futuro, como iluminación inteligente para exteriores y semáforos que funcionan mediante sensores.

Ante este panorama, la tecnología y variantes afines, tienen un rol fundamental para impulsar la eficiencia de las ciudades del presente y del futuro, un hecho que permitirá además la generación de nuevas oportunidades de negocio, en muchos casos sostenibles, que respondan a todas las necesidades de los grandes mercados económicos y atiendan las necesidades de las habitantes.

Por David Mendieta

Consultor en MW Group
https://twitter.com/DavMendieT

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