Coahuila: ¿Estado Cenicienta?

Opinión
/ 10 marzo 2024

Cenicienta es la joven doncella humillada, maltratada y ninguneada por una malvada madrastra. ¿Trata la federación a Coahuila como la malévola mujer del cuento? La pregunta surge en relación al editorial del periódico VANGUARDIA fechado el 23 del pasado mes de febrero titulado : “Coahuila y el PIB estatal: datos para el análisis detallado”, el cual plantea un tema interesante que tiene que ver con la disparidad entre la aportación de nuestro estado a la producción nacional y el número de habitantes de nuestra entidad. En efecto, mientras que ocupamos el séptimo lugar en contribución al PIB nacional, con el 3.9 por ciento, contamos con el 2.5 por ciento de la población del país, lo que nos coloca en décimo quinto sitio.

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El citado editorial señala lo siguiente: “...cabría esperar que los datos sobre productividad coahuilense y los recursos que se le asignan en el presupuesto federal se conviertan en un elemento de discusión con miras a revertir el maltrato fiscal que hemos recibido en los últimos años”.

Se trata de un tema sugerente, ubicando la relación entre el PIB y el número de habitantes en una primera pista, mientras que en la segunda estaría el flujo de recursos -dinero-, que nos manda y le mandamos a la federación. De los ingresos que recibimos vía transferencias federales, los principales están comprendidas en los ramos 28 y 33, correspondiendo a las Participaciones y a las Aportaciones Federales, respectivamente. Mientras que lo que manda Coahuila al gobierno central corresponde a los impuestos federales captados en nuestra entidad, siendo los más importantes: el ISR, el IVA, el IEPS, el ISAN y los del comercio exterior.

La información para el año 2020, muestra que recibimos de la federación 50 mil 345 millones de pesos, de acuerdo a la subdirección de análisis económico de la Cámara de Diputados. A su vez, lo aportado por Coahuila en ese año, en base a datos del anuario estadístico y geográfico del INEGI de 2021, ascendió a 48 mil 705 millones de pesos, es decir, que tuvimos un saldo a favor por mil 640 millones de pesos. Para efectos prácticos se puede decir que estamos cerca del equilibrio.

Entre los estados que más dinero aportan a la federación están: Colima (aduana de Manzanillo), la Ciudad de México, Tamaulipas (aduana de Nuevo Laredo) y Nuevo León. Vienen después Veracruz (aduana del puerto), Estado de México, Jalisco y Michoacán; este es el grupo principal, en el que no figuramos nosotros.

Las Participaciones Federales que recibe Coahuila, provienen del Fondo General de Participaciones, (FGP), el cual se integra con el 20 % de la Recaudación Federal Participable (RFP). El FGP se determina, no por la voluntad del presidente de la república, sino por una fórmula que contiene tres coeficientes: crecimiento del PIB, crecimiento de la recaudación local y recaudación local por habitante. De forma transversal, la población forma parte de los tres coeficientes.

A raíz de las reformas a la Ley de Coordinación Fiscal de 2007 y de años posteriores, los legisladores federales han venido otorgando una mayor ponderación en la fórmula al número de habitantes, restando peso al esfuerzo recaudatorio de los estados, y al desempeño del PIB, lo que afecta a un estado como el nuestro con una economía productiva y con poca población. Mientras no se modifiquen estos criterios no habrá una mejora sustancial para estados como Coahuila, que están subsidiando a otros menos productivos, pero con más habitantes, ubicados éstos últimos principalmente en el sur del país.

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Lo que nos podría beneficiar como segundo estado exportador de México, serían reformas a la Ley, para incluir las divisas en la fórmula vigente. Esto no es fácil, sin embargo, es algo que los próximos legisladores de Coahuila debieran considerar. Aquí pudiera ser importante el papel de María Bárbara Cepeda, Miguel Riquelme, Jericó Abramo y Jaime Bueno Z. A fin de cuentas, la clave está en nuestro esfuerzo productivo, respetando el estado de derecho. No somos un estado Cenicienta, ni hay un príncipe que venga a rescatarnos; sólo nuestro trabajo eficiente es lo que cuenta.

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