Coahuila: hay que atender sus asimetrías económicas

“A Coahuila le pasa un poco lo que le pasa a México, que el promedio de crecimiento de México es bajo, porque tienes a Chiapas y a Campeche y a Oaxaca que te jalan (hacia abajo), y cada estado tiene lo propio, cada estado tiene sus muchos Méxicos, dentro de cada estado hay diferentes regiones que afectan el promedio, pero eso es un reto, porque al final del día somos parte todos de un mismo México y de un mismo estado”.

La frase anterior forma parte de los señalamientos que ayer realizó, en Saltillo, la directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Valeria Moy, quien fue invitada por la Coparmex Coahuila Sureste para impartir una conferencia sobre el estado de la economía del país.

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El análisis expuesto por Moy implica llamar la atención, sobre todo, en torno a la necesidad de que las cifras macro no sean las únicas que se vean y analicen cotidianamente, sino que se ponga énfasis en un objetivo puntual: que el crecimiento económico se traduzca en bienestar a nivel individual de las personas.

En el caso de nuestra entidad, este llamado de atención tiene que ver con la necesidad de corregir las asimetrías que existen en relación con el crecimiento de cada una de las regiones que la componen. Porque aun cuando la Región Sureste es, a no dudarlo, uno de los polos de crecimiento más importantes del país, no ocurre lo mismo con el resto del Estado.

“Saltillo puede tener métricas extraordinarias, pero a lo mejor otras regiones no tienen esas métricas extraordinarias”, dijo la economista, y habría que poner atención en sus palabras, pues tal diferencia se traduce en un hecho puntual: Coahuila ha registrado, en la última década, uno de los crecimientos más bajos en su PIB, en comparación con el resto de los estados del país.

La buena noticia es que nuestra entidad posee fortalezas que le permiten actuar en el sentido deseable, es decir, en la línea del desarrollo e implementación de políticas públicas orientadas a mejorar las capacidades de las regiones que hoy no tienen la potencia del Sureste.

La propia Moy destacó el hecho de que Coahuila ocupe, de acuerdo con el índice de competitividad desarrollado por el IMCO, el primer lugar nacional en Estado de derecho, el quinto en Sociedad y Medio Ambiente y el onceavo en Infraestructura.

Tales indicadores nos colocan en la ruta de mejorar el nivel de competitividad interno, es decir, mejorar los indicadores de regiones como la Centro, la Carbonífera o la Frontera, cuyos resultados, si bien no son “malos”, resultan claramente inferiores a los del Sureste.

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El diagnóstico es muy claro y debe ser asumido en su esencia: se trata de enumerar, sin eufemismos, las áreas de oportunidad que tenemos para mejorar los resultados globales, pero también para “emparejar” las realidades económicas de las distintas regiones de la entidad.

Se trata de un reto al cual no hay que sacarle la vuelta, sino acometerlo con determinación a partir de una premisa esencial: sin importar lo bien que se hagan las cosas, siempre hay espacio para mejorar.