¿Cómo formar hábitos productivos en nuestros hijos? Será difícil, pero no imposible
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La mayoría de los papás están muy preocupados porque sus hijos no tienen buenos hábitos para la escuela y la vida. La semana pasada, una mamá me escribió: “Maestro, no sé qué hacer con mi hijo en estas vacaciones. Se la pasa todo el día en su recámara jugando videojuegos. Se duerme hasta las 2 ó 3 de la mañana, se levanta al mediodía, come algo y se encierra en su cuarto nuevamente para estar en los videojuegos. Me dice que son sus vacaciones y que debe aprovecharlas, ya que entrando a la escuela no lo podrá hacer”.
Efectivamente, el muchacho está creando y fortaleciendo su hábito a los videojuegos. El problema se presentará cuando regrese al horario escolar; será muy difícil cambiar su impulso a jugar videojuegos porque se formó el hábito lúdico de la tecnología. Nuestros hijos se sentirán bien y con satisfacción mientras juegan, pero a mediano y largo plazo presentarán un resentimiento porque perdieron su tiempo jugando frente a la pantalla. Algo parecido sufrirán nuestras hijas por tanto tiempo invertido en las redes sociales, como el TikTok, Instagram, Snapchat o WhatsApp.
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Nuestros hijos tarde o temprano se sentirán culpables, ya que se darán cuenta de que el pasar tanto tiempo frente a la pantalla en vez de hacerlos felices los hará sentir un gran vacío y decepción. Aquí está el punto más importante porque pueden detonar serios problemas emocionales como baja autoestima, ansiedad, soledad o depresión. Pueden sentir placer, pero durará muy poco y después tendrán un sentimiento de culpabilidad por no estar en lugar correcto. Desean cambiar su vida, pero ¿cómo puede pasar eso?
Si tu hijo juega videojuegos durante 8 horas al día y es consistente en hacerlo, su cuerpo se adaptará a esa actividad. Cada vez que quieras jugar a videojuegos, será mucho más fácil empezar a jugar. Después de jugar durante 8 horas, no te sentirás culpable o malo; te sentirás bien o disfrutando. En cambio, si tu hijo lee durante una hora al día y es perseverante en hacerlo diariamente, su cuerpo se adaptará a esa actividad. Cada vez que quiera empezar a leer, será mucho más fácil sentarse y leer. Después de leer durante una hora sentirá placer y cada vez más lejos de la culpa. Debemos acostumbrar a nuestro hijo a tener una vida productiva, ya que el ser humano basa su felicidad en logros significativos obtenidos con esfuerzo, trabajo, sacrificio y perseverancia.
Formar hábitos productivos es una de las misiones más importantes de ser padres y solamente se logrará haciéndolo repetidamente. Si tu hijo ordena su recámara cada mañana será cuidadoso con sus cosas toda la vida, o si lee todos los días será un buen lector. Por lo tanto, tu cerebro y cuerpo ayudará y apoyará lo que haces repetidamente. Será difícil en los primeros 14 o 21 días, pero después de eso, tu cuerpo y tu mente te ayudarán a formar el nuevo hábito que quieres formar. Te recomiendo que elimines tus malos hábitos durante 21 días. Después de 21 días, puedes encontrar algo maravilloso en la vida. La clave es potenciar a nuestros hijos con buenos hábitos para lograr que la mente no los haga sentir culpables cuando desperdician su tiempo y vida en pasar tanto tiempo frente a una pantalla. Es porque mi cuerpo empieza apoyar lo que hago repetidamente.
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Miyamoto Musashi, filósofo japonés del siglo 17, escribió: “Puede parecer difícil al principio, pero todo es difícil al principio”. Claro que no es fácil eliminar malos hábitos y que todo principio es difícil, pero ¿cuál no? Si deseamos disminuir una conducta no deseada y formada como hábito, recomiendo utilizar la “técnica de desvanecimiento”. El desvanecimiento es una técnica de la teoría psicológica de Modificación de Conduta y consiste en eliminar la conducta no deseada lentamente. Se presenta una actividad o estímulo deseado para disminuir lentamente el viejo hábito y que el nuevo hábito los anule.
Si tu hija o hijo está seis horas diarias frente a la pantalla, le dirás: “A partir de esta semana te permitiré 5 horas y 30 minutos al día de uso de la tecnología y 30 minutos de lectura”. Ya lo lograste por 4 ó 5 días. Ahora les dirás: “A partir de hoy podrán usar su celular diariamente, una hora o 30 minutos de lectura y 30 minutos de ayuda en casa”.
En conclusión, eres repetidamente lo que haces. Comienza a construir buenos hábitos y tu cuerpo y tu mente seguirán adelante. Y después de algunos años podremos escuchar a nuestros hijos decir: “Solía jugar videojuegos o chatear con un amigo, pero ahora siento más placer cuando abro y leo un libro. Se siente mucho mejor y el precio de hacer actividades productivas es como una inversión que disfrutaré mañana”.