¿Cómo mejorar las condiciones de los adultos mayores?

Opinión
/ 6 agosto 2024

Se conoce como Ubasute a una costumbre que se cuenta se dio en el Japón antiguo y que consistía en abandonar a un pariente enfermo o anciano, incluidos los padres, en una montaña y dejarlos en ese apartado lugar para morir.

Hay leyendas que relatan la historia de una madre japonesa que, al convertirse en una mujer anciana, su hijo la carga sobre sus espaldas y se dispone a conducirla a la montaña y abandonarla. La mujer lleva consigo trozos de madera que va lanzando en el camino de tiempo en tiempo.

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Cuando el hijo descubre lo que hace la madre, le pregunta si es para volver, una vez que él se haya apartado. La mujer contesta que no, que lo hace para que él pudiera ir reconociendo el descenso gracias a los pequeños trozos. Cuenta esta leyenda que el hijo se arrepintió y la trajo consigo de vuelta a casa.

La historia es verdaderamente cruda. Una historia difícil de creer para la época en la que vivimos ahora, supuestamente civilizada y con todo lo que se ha ganado en materia de derechos humanos. Sin embargo, en un tono muy parecido, siguen existiendo muchos hijos que, como el de la historia, abandonan a sus padres en modernas residencias o, a veces, incluso dentro de los mismos hogares paternos y no los vuelven a ver.

Hay otro relato que igualmente hace pensar en la forma en que los hijos adultos piensan de los ancianos padres que llena de tristeza, pero ejemplifica modelos de la sociedad actual.

Es el hombre que, cansado de que su madre rompiera los platos cada vez que la alimentaban, platica con su esposa y deciden que, apartada de la mesa familiar, tome sus comidas con tazón y cuchara de madera. Un día observan que el hijo de ambos juega con trozos de madera y le preguntan lo que hace. Este contesta que prepara un tazón y cubiertos de madera para cuando ellos envejezcan.

Ambos relatos dan cuenta de la forma en que se hace el trato hacia ancianos que han perdido movilidad, se les ha nublado la vista, repiten las mismas cosas una y otra vez, olvidan lo que les acaba de suceder, requieren de la ayuda de otros para todo.

No se trata en exclusiva de relatos o historias sacadas de la leyenda o la literatura. En el momento actual, el trato hacia los ancianos merece una revisión que debe estar dada desde las estructuras familiares hasta las instancias gubernamentales.

Más por ellos, más atención especializada, más cuidados y, con ello, un conocimiento más profundo de cuáles son las necesidades que tienen ahora los adultos mayores. También por parte de los nietos una mayor devoción, la cual se da de manera natural si los padres participan en el cuidado, la atención y el cariño que debe involucrarse para los adultos mayores, para los ancianos, que han forjado una historia de la cual todos somos parte.

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Esta época confiere mucha atención a la juventud. La ensalza y se olvida de quienes son los predecesores. Ojalá que en este mes en el que se les conmemora pongamos mayor atención en ello. En México más de un millón de hogares los habitan adultos mayores solos, y habría que ver cuántos viven en residencias o asilos para ancianos sin visitas de ningún familiar.

La atención a los adultos mayores habla de una sociedad que se respeta, conformada por hogares afectuosos y agradecidos.

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