Contra viento y marea

Opinión
/ 5 marzo 2024

La persistencia y la paciencia son cualidades fundamentales que impulsan el éxito y el logro de metas a largo plazo. La persistencia implica mantenerse firme en la búsqueda de un objetivo a pesar de los desafíos y obstáculos que puedan surgir en el camino. Es la capacidad de seguir adelante incluso cuando las cosas se ponen difíciles, manteniendo el enfoque en la meta final.

Ambas cualidades se complementan entre sí: la persistencia proporciona la determinación necesaria para seguir avanzando, mientras que la paciencia brinda la tranquilidad y la resistencia para mantenerse en el camino durante el tiempo que sea necesario.

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Las personas que son persistentes y pacientes tienen una mayor probabilidad de superar los desafíos, aprender de los fracasos y alcanzar el éxito a largo plazo. Cultivar estas cualidades requiere práctica y dedicación, pero los beneficios que aportan en términos de logro personal y profesional son invaluables.

FUERA DE SERIE

En este contexto, Malcolm Gladwell es un reconocido escritor, periodista y conferencista canadiense. Se hizo famoso por sus investigaciones y libros que exploran conceptos psicológicos y sociológicos, aplicándolos a situaciones cotidianas y fenómenos sociales.

En uno de su libro llamado “Fuera de serie”, desafía la noción convencional de éxito al explorar los factores que realmente influyen en el rendimiento excepcional de algunas personas y organizaciones. Gladwell argumenta que el éxito no se debe únicamente al talento innato, sino que está moldeado por una combinación de oportunidades únicas, práctica intensiva, influencias culturales y fortuna.

Gladwell argumenta que existe una falsa creencia de que solo las personas más brillantes y talentosas logran grandes éxitos en la vida. Sin embargo, a través de diversas evidencias, demuestra que el talento por sí solo no garantiza el dominio de una disciplina, oficio o arte específico.

Según este investigador alcanzar la maestría, la excelencia en una actividad, requiere no solo talento, sino también una preparación constante y prolongada, además de la fortuna de encontrarse en el lugar y momento adecuados en muchas ocasiones.

Contrariamente a lo que se suele pensar, Gladwell sostiene que el talento innato desempeña un papel secundario en el rendimiento de las personas, siendo el esfuerzo y la práctica constante factores mucho más significativos.

Esta propuesta plantea una nueva pregunta: ¿cuánto tiempo de práctica es necesario para alcanzar el dominio en una disciplina, arte u oficio?

Gladwell lo dice sin ambages: se requieren diez mil horas.

BOTÓN DE MUESTRA

Uno de los ejemplos que cita para comprobar este criterio se refiere al éxito de los Beatles: “En poco más de año y medio habían actuado 270 noches. De hecho, cuando tuvieron su primer éxito en 1964, habían actuado en directo unas mil 200 veces. Para comprender cuán extraordinario es esto, conviene saber que la mayoría de los grupos de hoy no actúan mil 200 veces ni en el curso de sus carreras enteras. El crisol de Hamburgo es una de las cosas que hacen especiales a los Beatles (...) Antes de ir a Alemania carecían de toda disciplina escénica. Pero cuando volvieron sonaban como nadie. Eso fue lo que les dio su sello”.

La clave es evidente: ensayar obsesivamente.

DÉCADA

Por su parte, Howard Gardner, uno de los grandes investigadores de la mente e inteligencia humana, en su libro “Mentes Creativas” (Padiós) comenta: “No importa la intensidad del esfuerzo: parece que se requieren al menos diez años de trabajo constante en una disciplina o arte para llegar a dominar la especialidad (...) Incluso Mozart, que podría considerarse la excepción que confirma la regla, había estado componiendo al menos durante una década antes de poder producir con regularidad obras considerables”.

Para este autor las personas que terminan produciendo avances creativos tienden, desde un inicio, a ser exploradores, aventureros y actúan por cuenta propia, desafiando a toda autoridad, al estatus quo, al deber ser. Sin embargo, verdaderamente, sueltan “amarras” después de una década de práctica.

DOMINIO

Si conciliamos ambas propuestas podríamos decir que se requieren mil horas al año de trabajo, enfocado y continuo para alcanzar, en alguna disciplina o actividad, la mencionada excelencia

Ahora que está muy de moda la creatividad y la innovación, tanto en el ámbito educativo como empresarial, deberíamos considerar los comentarios de Gladwell y Gardner para evitar desilusiones y desencantos. Es decir, jamás hay que conformarse con la pura teoría, sino desarrollar acciones que permitan a las personas practicar, practicar y practicar hasta alcanzar el dominio de lo que se hace, lo cual requiere disciplina y programas especiales.

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En el ámbito educativo, los padres de familia y los maestros desempeñan un papel primordial en el desarrollo de la maestría, en alguna disciplina, para los educandos. Las horas necesarias para alcanzarla representan una cantidad considerable de tiempo, esfuerzo y concentración. Literalmente, es imposible que un joven alcance esa maestría sin el apoyo de las personas que conforman su entorno inmediato.

¿CUÁNTOS?

El logro de metas y el éxito deseado en la vida están poderosamente influenciados por el lugar de origen y las circunstancias. En este aspecto, es evidente que México se encuentra en desventaja con respecto a las oportunidades que se ofrecen a los jóvenes en otros países. Una condición para alcanzar la excelencia y la maestría es no vivir en la pobreza. Hay una razón simple: si uno necesita trabajar para subsistir, es probable que no tenga tiempo suficiente para practicar y desarrollar sus habilidades. La frustración, entonces, se vuelve inevitable.

¿Cuántos jóvenes talentosos se desperdician en México?, ¿cuántos afortunados desconocen su potencial?, ¿cuántos no alcanzan sus sueños debido a las condiciones de pobreza en las que viven?, ¿somos conscientes del grado de valentía y esfuerzo de aquellas personas que, prácticamente sin recursos, destacan en sus áreas de especialización, oficios o actividades? Ellos son verdaderos héroes debido al esfuerzo adicional que deben realizar en comparación con aquellos que tienen una situación más favorable y que también saben aprovechar su tiempo, talento y recursos.

DISTRAÍDOS

Estos estudios revelan una paradoja: en ocasiones, los jóvenes que poseen abundantes talentos y recursos, y por lo tanto tienen más oportunidades de innovar, crear y destacar, pueden no hacerlo; se limitan a sí mismos. Por otro lado, aquellos que se encuentran en desventaja, los que tienen menos recursos, pueden alcanzar logros excepcionales.

La razón radica en que los recursos y la comodidad de tenerlo todo a mano pueden atrofiar el espíritu y castrar la motivación. Los deseos materiales, las distracciones del disfrute a corto plazo, impiden que las personas alcancen grandes ideales, ni siquiera los consideran, simplemente porque están distraídos y desenfocados. Esto luego se convierte en un lastre.

DEDICACIÓN

Lo cierto es que los jóvenes, con o sin recursos, que dedican pasión y tiempo a un ideal, están en mejores condiciones de prosperar, y la suerte, que es preparación y oportunidad, les favorecerá simplemente por el hecho de estar comprometidos. Son personas que han convertido sus competencias y talentos en una verdadera vocación personal.

Ellos comprenden que la práctica y la disciplina son fundamentales para alcanzar la perfección en lo que emprenden, y consideran que esta práctica debe ser continua, actualizada, sistemática y enfocada.

Están conscientes, o al menos intuyen, que para lograr en algún momento un gran avance creativo, es esencial estar cerca y alcanzar la maestría en lo que se emprende. Por lo tanto, observan, leen, investigan y practican constantemente, evitando perder tiempo en distracciones y buscando mentores que los apoyen en su camino.

Estos jóvenes que convierten sus talentos en una vocación a conquistar son realmente excepcionales, ya que con alegría y pasión invierten cada hora de esas diez mil horas necesarias para destacar.

Lo más destacable es que, desde una edad temprana, han descubierto que cada momento adverso sirve para poner a prueba su temple. Comprenden que, para triunfar, los talentos innatos no son suficientes; se requiere pasión, esfuerzo intenso y paciencia. Saben que son creadores laboriosos, emprendedores por cuenta propia y, sobre todo, saben que son libres.

Contra viento y marea, son ellos mismos, porque saben que “si hay algo grande en ellos, no aparecerá a la primera llamada. No aparecerá ni vendrá fácilmente, sin trabajo ni esfuerzo”.

cgutierrez@tec.mx

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