Crisis migratoria: la respuesta sigue siendo equívoca

Opinión
/ 21 septiembre 2021

La situación se agrava en la frontera entre Coahuila y Texas. Y eso ocurre, sobre todo, porque los gobiernos de México y Estados Unidos no ofrecen una respuesta adecuada

La situación de los miles de migrantes que se encuentran en la frontera entre Coahuila y Texas seguirá complicándose mientras la respuesta de las autoridades federales −las de ambos lados de la frontera− siga siendo la que han ofrecido hasta ahora: ignorar lo evidente.

Y lo evidente no es solamente la marea humana que se ha concentrado debajo del puente internacional que une a las ciudades de Acuña y Del Rio, sino toda la historia previa, es decir, el proceso a través del cual pudieron llegar hasta ese punto, desde sus países de origen e incluso desde lugares tan distantes como Brasil.

Como se ha comentado anteriormente, no es obra de la casualidad que miles de personas se encuentren, para todo efecto práctico, en una suerte de “limbo migratorio” caracterizado por el hecho de que no terminan de salir de suelo mexicano, pero tampoco terminan de entrar al de los Estados Unidos.

Lo peor de esta situación es que, como advierte con sabiduría la voz popular, muy seguramente el hilo terminará reventando por lo más delgado y ese lado es el nuestro: el mexicano.

Como ya pudimos ver ayer, las autoridades estadounidenses no dudarán en endurecer su actitud frente a la ola migratoria y, si así lo deciden, terminarán expulsando a los indocumentados de su territorio, tal como lo advirtió el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas durante una visita realizada a Del Rio, Texas.

Las admoniciones y señalamientos de carácter moral que el planeta entero pueda lanzar en contra de una decisión como esta no importarán. Si el gobierno de Joe Biden decide sellar su frontera seremos nosotros quienes terminemos con el problema en suelo mexicano.

Si esto llega a ocurrir (y es altamente probable que pase), los gobiernos federal y estatal deben actuar con rapidez
y de forma coordinada para auxiliar a las autoridades municipales de Acuña en la atención del problema.

Más allá de consideraciones humanitarias o de posiciones ideológicas, los problemas de carácter práctico que implica esta crisis deben atenderse y resolverse: comida, techo y condiciones sanitarias mínimas para los migrantes, así como
un plan de acción para resolver el fondo.

¿Qué significa resolver el fondo? Definir si México otorgará refugio a los migrantes y cómo lo hará, o definir la forma en la cual serán repatriados a su lugar de origen.

¿Quién o quiénes están a cargo en este momento de diseñar las estrategias con las cuales responder a los escenarios previsibles que ofrece la situación actual? ¿Con qué recursos se está dotando al equipo que deberá hacer frente, más temprano que tarde, a esta crisis?

Se trata de preguntas que demandan respuestas concretas y puntuales, no discursos cargados de ideología, que pueden sonar muy bien, pero no modifican en nada la crítica realidad que hoy se vive en la frontera de Coahuila.

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