Darwin, la evolución y la sucesión en Coahuila
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Recordé a personajes muy retorcidos que tienen la apariencia, pero no la inteligencia, de los monos
Se ha dicho que ningún libro que no sea la Biblia ha tenido un mayor efecto sobre la humanidad que “El origen de las especies por medio de la selección natural”, del inglés Charles Darwin. Nacido en el condado de Shrewsbury, en Gales, muy cerca de Manchester, Darwin sacudió al mundo entero con su obra, demostrando que la evolución biológica ha tocado a todas las especies durante su historia en la Tierra.
Explicaba que todos los seres vivos compartimos un pasado común y que el cambio evolutivo dio y seguirá dando origen a nuevas especies. Demostró al mundo una premisa que es tan brutal como cierta: “En la lucha por la supervivencia, el más fuerte gana a expensas de sus rivales debido a que logra adaptarse mejor a su entorno”.
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La teoría sobre la evolución del hombre desafió las creencias del siglo 19 al cruzar la línea fronteriza de la fe y la ciencia, pues enfatiza que las especies cambian con el tiempo, lo que puso en duda la teoría aceptada hasta entonces, que era la historia de la creación de la Biblia. Darwin probó que los organismos unicelulares evolucionaron en las plantas y los animales más complejos; finalmente, lo hicieron en lo que hoy somos: el Homo sapiens.
No olvidemos que la religión no requiere de pruebas; la ciencia sí. Y es que llegar a esta conclusión tomó un poco más de los siete días que dice el Génesis: 4 mil 500 millones de años desde la formación de la Tierra, hasta hace 2.5 millones de años, cuando nos erguimos y vimos hacia el horizonte y no al suelo, y apenas hace 200 mil años en que evolucionamos para convertirnos en humanos.
Esto es una evidencia incontrovertible de que, aun con hechos comprobables y comprobados, la ciencia no es apta para todas las especies. Y es que existe un simpático argumento de la teoría creacionista que plantea la siguiente pregunta: si la evolución es cierta, ¿por qué los simios no continúan evolucionando y se transforman en humanos?
La respuesta es simple, si quieres entenderla: la evolución sigue, pero nuestra historia como humanidad es tan reciente respecto a los años que toma, que jamás podremos presenciarla. Hace un tiempo, la revista Science publicó un estudio que prueba que los simios no sólo son muy inteligentes, sino que son capaces de descifrar lo que un humano está pensando. Lo llamaron “teoría de la mente”: la capacidad de los monos para anticiparse a los pensamientos, algo que había sido probado en niños y que los científicos ahora experimentaron con chimpancés y orangutanes.
Esta investigación, llevada a cabo por las universidades de Duke en Estados Unidos y Kioto en Japón, puso a 30 primates a observar una dramatización para comprobar si estaban poniendo atención a la escena. En esta especie de obra de teatro para monos, una persona disfrazada como simio robaba una piedra a un hombre y la escondía en una caja.
Luego el hombre salía de escena y la persona disfrazada cambiaba la piedra de caja y al final la retiraba. Después regresaba a buscar la piedra, y los primates, aunque sabían que no estaba en ninguna de ellas, fijaban su mirada en la primera, conscientes de que el hombre creía que estaba escondida ahí.
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Los monos se anticiparon a la acción de un humano, motivada por una falsa creencia. Hasta antes de esta investigación se creía que sólo los humanos tenían la capacidad de detectar un hecho de esta naturaleza. Pero de los 30 primates que fueron sometidos al experimento, 22 fijaron la vista en las cajas y, de ellos, 17 lo hizo en forma directa en el momento en el que el hombre volvía a escena.
Christopher Krupenye, antropólogo de la Universidad de Duke, afirma que el siguiente paso será descubrir si los simios, además de detectar una falsa creencia, son capaces de entenderla.
Al leer el artículo científico recordé a personajes muy retorcidos que tienen la apariencia, pero no la inteligencia, de los monos. Es un caso casi simpático, porque además se sienten genios, cultos, galanes y, aunque usted no lo crea, estos muchachos ignorantes creen que pueden llegar a ser ¡gobernadores de Coahuila! Se trata, pues, de la conclusión que necesitábamos acerca de que la evolución (aunque lenta) continúa y la teoría de Darwin está más vigente que nunca: ellos son la prueba.