De recuerdo de muertos a gozo con gloriosos
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En México son días de catrinas, alebrijes y calaveras de azúcar y de tinta versificada en papel improvisado.
En el sur se adornan sepulcros y en el norte se confeccionan altares con fotos, flores y flamas nostálgicas y evocadoras.
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Un malinchismo cultural despistado importa horripilancias carnavalescas con disfraces de brujerías y atuendos intimidantes. Evocan leyendas de extraños aquelarres con desviadas imitaciones extra lógicas. Tachan idiosincrasia vernácula y trasplantan supersticiones lejanas. La infancia es contaminada de horror, toca puertas del vecindario para recibir golosinas.
DESDE LA FE
En contraste, familias, en las comunidades de fe, envían a niños y niños, vestidos de santos y santas, de aquí y de allá, para repartir estampitas y recibir caramelos. Tienden así el puente de muertos a gloriosos, de difuntos a bienaventurados.
Es la bisagra festiva de noche y amanecer entre fines de octubre y comienzos de noviembre. Los cementerios amarillean de cempasúchiles sobre lozas recién lavadas.
Los templos celebran eventos ceremoniales litúrgicos y en los ofertorios se lleva al altar un gran frasco, lleno de papeletas con nombres amados de difuntos y hasta de desaparecidos, para desearles la mejor purificación y gloria.
El paso de muerte vencida a vida resucitada es el culmen de la esperanza cristiana en los dos primeros días de noviembre. Se pasa de los recuerdos al anhelo de un reencuentro en el futuro con los más amados, en alegría de eternidades.
EMPEZANDO LA RECTA FINAL
A esta generación le ha tocado vivir estas festividades cuando se inicia la recta final de la creación y de la humanidad. Se prepara para podas y pruebas, afianzando su fe y su confianza en las promesas divinas.
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Se inmuniza contra cualquier temor, al contemplar derrumbes y al padecer limitaciones y abstenciones. Sabe que se permiten, no para solo destruir, sino para despertar y purificar. No desespera ni tiembla en la oscuridad porque adivina que solo es preámbulo de un espléndido amanecer, para gozar una bienvenida de gloriosa salvación.
TÉ CON FE
-Después de homenajear difuntos y celebrar todos santos, ¿cómo hacer frente a la tribulación que viene?
-Alégrese quien tenga verdadera fe y crea y le crea al que venció, en una cruz, a la muerte con su resurrección y ganó después gloria eterna, compartida con quienes rechacen egoísmos y abracen la verdad, la gracia y el amor universal del Salvador que llega...