La infeliz felicidad
Es como la vergüenza desvergonzada.
Como el fracaso exitoso. Como la malvada fortuna. Como la verdad engañada o como la fama desprestigiada. Es la sonriente tristeza de un silencio ensordecedor. Es una época sumergida que se hunde en oximorones existenciales.
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Hasta la misma ciencia se está descubriendo a sí misma como colección de equivocaciones rectificables. Se experimenta hoy el sacrilegio en lo sagrado, la falsificación de un ponzoñoso bien común. Menudean las investigaciones cómplices y las oposiciones tolerantes. Se sorprende la ficción contemplada como realidad.
EN LA NOTICIA MEDIÁTICA
Hay paces beligerantes y oportunidades extorsionadoras. Asesinatos de inocentes, vistos como derechos humanos. Dichas de placer enfermizo. Virtudes discriminadas y vicios sacralizados. Lo antinatural presentado como igualitario. Hay valientes testigos asesinados y cínicos criminales privilegiados.
No es raro encontrar civilización salvaje; el canibalismo con tenedor, el progresismo de la regresión autoidolátrica, el laicismo de una laicidad incrédula. El relativismo absolutizado. El hombre deshumanizado y la mujer desfeminizada, junto con un café descafeinado y, quizá pronto, hasta con un agua deshidratada... ¡ja!
LA VUELTA DE UNA VERDAD DESTERRADA
La verdad primero implica, después complica y al final simplifica. Se cancela la estrangulación del silencio por el ruido. Se adivina que Dios habita en todo lo verdadero, lo auténtico, lo simple, lo cercano, lo pequeño, lo inmediato. Se desenmascara una mundanidad pandémica, contaminada con virus de soberbia, de lujuria y de avaricia.
Lo más científico es la fe. Más allá de universo, de vibraciones, de frecuencias y de energía, destella la pureza del ser. No como algo, sino como alguien, en plenitud creadora, que está dando, amorosamente paternal, el ser a todo lo que existe.
LA MUERTE VENCIDA
Después de Cristo resucitado, la muerte ya no es muerte sino pascua. Ya no es temible porque está vencida. Ya no se ve como tragedia, catástrofe, calamidad, ausencia, pérdida y desgracia.
Es solo paso. De vida a vida que ya es eterna, gozosa y gloriosa, si se vivió, acá, con verdad y amor.
TÉ CON FE
-¿La profecía bíblica anuncia apostasía y gran tribulación?
-Sí. Pero no para asustar sino para despertar. No como destrucción solo sino como prueba y poda, como purificación. Quienes permanezcan firmes en fe, esperanza y amor, podrán vivir un tiempo de luz, en espera del Salvador triunfante...