Lo que entra para dañar
Una buena cerradura. Un buen candado. Y, por dentro, una cadena o una tranca
Muchos hogares escogen defensas para su seguridad.
Una buena cerradura. Un buen candado. Y, por dentro, una cadena o una tranca. Si hay cochera, que sea con puerta corrediza hermética o reja puntiaguda. Con perro bravo de buen ladrido, ataque inmediato y temible aspecto.
Algunos instalan cámaras de vigilancia o tienen timbres con voces o imágenes de respuesta para averiguar quién llama. Si se trata de alguien que dice ser enviado para servicio, se le exige credencial con fotografía o venir recomendado por alguien de confianza.
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LAS PUERTAS DESCUIDADAS
La puerta menos vigilada es la de las pantallas, que entran en los pantalones y las bolsas de los adultos y las mochilas de los chicos y jóvenes estudiantes. Algunas grandes pantallas ya tienen permanente lugar de honor en salas, comedores y recámaras.
Por ellas entran a los hogares, todo el día, mensajes e imágenes en anuncios comerciales, noticieros, entrevistas, comentarios, conferencias, musicalidades y cinematografía, videos y series adictivas, devorando el tiempo que podría destinarse a la convivencia y comunicación familiar.
LO QUE ENTRA DE CONTRABANDO
Hay ideas, desinformaciones deshumanizantes, salpicaduras ideológicas invasoras, criterios inconsistentes y opiniones contaminadas. Entran en la memoria de los escolares sin que los padres lo capten en las reuniones de padres de familia, a las que no asisten en ocasiones y en las que no preguntan, ni investigan, ni protestan, ni reclaman.
Los chismes se cuelan hacia dentro por las mamás que van a las jugadas y los desequilibrios, por papás influenciados por ambientes viciados.
La potencia educativa parental se delega sin medida, mientras costumbres, valores, principios y precauciones pierden su efectividad por debilitamiento y por incomunicación.
La llama en la oscuridad ilumina cuando hay un clima de coloquios sinceros y respetuosos entre las dos generaciones que defienden, entre todos, la fisonomía espiritual y cultural para dinamizar, en cada familia, sus propios valores dentro de una sociedad enfermiza y equivocada.
LO QUE VA GRATIS
Son los impuestos que se ponen a trabajar.
Son las restituciones y las devoluciones del dinero aportado por todos. Son una ejemplaridad imitable que hace funcionar los voluntariados.
En la vida eclesial, esa gratuidad potencia los ministerios laicales; en lo social, activa los resucitados clubes de servicio, todo lo que se ofrece sin precio, con el sólo objetivo de servir, de compartir, de solidarizarse y fraternizar sin codicias. Es un impulso que está en el ADN antropológico de la idiosincrasia norteña.
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TÉ CON FE
-¿Qué proceso eclesial está en curso en este pontificado?
-Parece que se está emprendiendo la valerosa tarea de arrancar la costra de poder jerárquico imperial que se le pegó a la comunidad de fe, desde el imperio del bautizado Constantino.
Es una mundanidad muy extendida y enraizada, con estilos y tradiciones humanas y podredumbre indigna, que no tiene color ni fragancia de Evangelio. Este proceso eclesial es una gran aventura de liberación purificadora, que es también, aquí y ahora, una heroica tarea de toda persona de buena voluntad...