Lo que entra para dañar

Opinión
/ 28 octubre 2025

Una buena cerradura. Un buen candado. Y, por dentro, una cadena o una tranca

Muchos hogares escogen defensas para su seguridad.

Una buena cerradura. Un buen candado. Y, por dentro, una cadena o una tranca. Si hay cochera, que sea con puerta corrediza hermética o reja puntiaguda. Con perro bravo de buen ladrido, ataque inmediato y temible aspecto.

Algunos instalan cámaras de vigilancia o tienen timbres con voces o imágenes de respuesta para averiguar quién llama. Si se trata de alguien que dice ser enviado para servicio, se le exige credencial con fotografía o venir recomendado por alguien de confianza.

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LAS PUERTAS DESCUIDADAS

La puerta menos vigilada es la de las pantallas, que entran en los pantalones y las bolsas de los adultos y las mochilas de los chicos y jóvenes estudiantes. Algunas grandes pantallas ya tienen permanente lugar de honor en salas, comedores y recámaras.

Por ellas entran a los hogares, todo el día, mensajes e imágenes en anuncios comerciales, noticieros, entrevistas, comentarios, conferencias, musicalidades y cinematografía, videos y series adictivas, devorando el tiempo que podría destinarse a la convivencia y comunicación familiar.

LO QUE ENTRA DE CONTRABANDO

Hay ideas, desinformaciones deshumanizantes, salpicaduras ideológicas invasoras, criterios inconsistentes y opiniones contaminadas. Entran en la memoria de los escolares sin que los padres lo capten en las reuniones de padres de familia, a las que no asisten en ocasiones y en las que no preguntan, ni investigan, ni protestan, ni reclaman.

Los chismes se cuelan hacia dentro por las mamás que van a las jugadas y los desequilibrios, por papás influenciados por ambientes viciados.

La potencia educativa parental se delega sin medida, mientras costumbres, valores, principios y precauciones pierden su efectividad por debilitamiento y por incomunicación.

La llama en la oscuridad ilumina cuando hay un clima de coloquios sinceros y respetuosos entre las dos generaciones que defienden, entre todos, la fisonomía espiritual y cultural para dinamizar, en cada familia, sus propios valores dentro de una sociedad enfermiza y equivocada.

LO QUE VA GRATIS

Son los impuestos que se ponen a trabajar.

Son las restituciones y las devoluciones del dinero aportado por todos. Son una ejemplaridad imitable que hace funcionar los voluntariados.

En la vida eclesial, esa gratuidad potencia los ministerios laicales; en lo social, activa los resucitados clubes de servicio, todo lo que se ofrece sin precio, con el sólo objetivo de servir, de compartir, de solidarizarse y fraternizar sin codicias. Es un impulso que está en el ADN antropológico de la idiosincrasia norteña.

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TÉ CON FE

-¿Qué proceso eclesial está en curso en este pontificado?

-Parece que se está emprendiendo la valerosa tarea de arrancar la costra de poder jerárquico imperial que se le pegó a la comunidad de fe, desde el imperio del bautizado Constantino.

Es una mundanidad muy extendida y enraizada, con estilos y tradiciones humanas y podredumbre indigna, que no tiene color ni fragancia de Evangelio. Este proceso eclesial es una gran aventura de liberación purificadora, que es también, aquí y ahora, una heroica tarea de toda persona de buena voluntad...

Columna: Claraboya. El autor de Claraboya, quien ha escrito para Vanguardia desde hace más de 25 años, intenta apegarse a la definición de esa palabra para tratar de ser una luz que se filtra en los asuntos diarios de la comunidad local, nacional y del mundo. Escrita por Luferni, que no es un seudónimo sino un acróstico, esta colaboración forma ya parte del sello y estilo de este medio de comunicación.

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