Desaceleración y reducción de tasa de interés
COMPARTIR
TEMAS
Opiniones a favor y en contra generó la decisión dividida de la Junta de Gobierno del Banco de México, respecto a la reducción de 0.25 puntos a la tasa de interés referencial al ahorro para intermediación bancaria, de 11.00 a 10.75 por ciento. Esta disminución se estableció en un entorno de supuesta incertidumbre, que puede percibirse también como parte normal del ciclo económico de corto plazo; lo anterior en un contexto de desaceleración económica, inflación con tendencia al alza, volatilidad financiera que provoca depreciación del peso y cambio de gobierno federal:
1. Aun con crecimiento económico, se ha presentado desaceleración, que de junio del 2023 a junio de este año pasó de 3.5% a 1.1%.
2. Aunque no de manera drástica, el nivel de precios tiende al alza, 5.77% de aumento anual en julio pasado, sobre todo por bienes que dependen de aspectos externos y climatológicos, como conflictos bélicos y económicos y la sequía.
3. Las guerras en Medio Oriente y de la OTAN con Rusia en Ucrania afectan redes de producción-comercialización a nivel global y generan, entre otras causas internas de los países, contención en crecimiento económico y volatilidad financiera especulativa que deprecia o aprecia monedas.
4. La derecha mediática, académica y política promueve que el ambiente político de cambio de sexenio y reformas constitucionales -sobre todo la reforma judicial- afecta y afectará negativamente la perspectiva sobre la economía mexicana. Inclusive, se ha afirmado que la caída de las bolsas de valores el lunes 5 de agosto (promedio -5.30%) anunció una recesión mundial, pero las pérdidas se recuperaron casi inmediatamente, porque fue una psicosis temporal en los mercados financieros, ocasionada por la economía japonesa y el alza de sus tasas de interés de 0.00 a 0.25% y los datos de empleo menor al esperado en Estados Unidos. Los mercados retornaron a la normalidad.
Es en este ámbito en que las autoridades monetarias redujeron la tasa de interés en 0.25%, cifra que se puede percibir menor, pero en montos amplios de ahorro y crédito esta impacta en mayor medida. Se ha criticado la decisión porque incrementará el crédito tanto para inversión directa como para consumo, así se acrecentará el circulante monetario y, por tanto, aumentará la demanda agregada, presionando aún más al alza el nivel de precios.
Además, con una menor tasa se estimularía el traslado de activos financieros a instrumentos más seguros, como bonos del Tesoro de Estados Unidos, induciendo la salida de capitales y depreciación del peso.
Algunas voces especializadas apuntan a una recesión, un periodo de crecimiento económico negativo trimestre tras trimestre, o aumentos del producto cada vez más reducidos, lo que impactaría en el empleo formal y la recaudación fiscal. Hasta ahora, los indicadores amplios no apuntan de manera evidente a dicha situación, tampoco en el vecino país del norte, nuestro principal socio comercial.
Si bien la inflación no cede, esta no se ha disparado de manera drástica -lejana a dos cifras- y, en lo financiero, el diferencial de tasas de interés al ahorro con las de la Reserva Federal estadounidense aún supera cinco puntos porcentuales, así, no se percibe una salida de capitales.
La Inversión Extranjera Directa continúa al alza. La Secretaría de Hacienda informó de posibles inversiones futuras hasta por 48 mil millones de dólares, las cuales se concretarían en los próximos dos años.
Aun con inestabilidad política internacional y controversias económicas entre Occidente y China, y aun con los conflictos bélicos, no se observa una recesión en el futuro cercano, sino solo una desaceleración de la economía mundial y nacional.
La reducción inflacionaria es objetivo prioritario del banco central, pero no su único propósito, también debe contribuir al crecimiento económico, con estratégico financiamiento preferencial, entre otras competencias, pero, asimismo, con el manejo de la tasa de interés, en este caso reduciéndola para impulsar la economía con riesgos calculados.