Destruyó AMLO la unidad en México; la próxima presidenta deberá buscarla
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El ciempiés macho era lascivo, concupiscente, lúbrico. La hembra, en cambio, era casta y honesta, recatada, púdica. Una noche el macho, ardiendo en ignívoma pasión, le pidió acezando agitadamente a la hembra: “¡Abre las piernitas!”. Respondió ella, terminante: “¡No y cien veces no!”... Babalucas llegó apresuradamente a su casa, entró con precipitación en la despensa de la cocina y empezó a contar: “Tres kilos de frijol... Una docena de huevos... Un kilo de arroz... Dos kilos de cebollas... Medio kilo de tomates...”. La trabajadora doméstica le preguntó, asombrada: “¿Qué hace, señor?”. Explicó el badulaque: “Un amigo me dijo: ‘Ve corriendo a tu casa. Te están comiendo el mandado’”... El oficial de policía interrogó a doña Chalina: “¿Ha visto usted últimamente a su vecino Pitorraudo?”. Replicó ella: “No”. Volvió a inquirir el oficial: “¿Conoce su paradero?”. “¡Oh, no! –se ruborizó doña Chalina–. Eso nada más su esposa”. (No le entendí)... Un artículo de primera necesidad está faltando en México. Conseguirlo deberá ser una de las ocupaciones prioritarias de la próxima Presidenta de México. Digo “Presidenta” porque ni siquiera vale la pena mencionar al esquirolito del MC, cuyo nombre no me viene ahora a la memoria, y a la gana no me viene detenerme a averiguarlo. Ese artículo necesario que falta en el país es la concordia, con la cual acabó AMLO, que ha dividido a los mexicanos en bandos irreconciliables. Es cierto: siempre hemos estado divididos. Hispanistas contra indigenistas; liberales contra conservadores; revolucionarios contra reaccionarios. La división hecha por López, sin embargo, es más profunda, pues no es de carácter ideológico, sino moral. Nos ha dividido en buenos y malos. Buenos son los que con él están; malos quienes en cualquier forma se le oponen o critican sus palabras o sus obras. De ahí las acciones que en sus comparecencias mañaneras lleva a cabo contra los disidentes, a quienes una funcionaria especialmente designada para el caso vigila con saña inquisitorial, inscribe sus nombres en una lista negra de enemigos y cuenta las veces que han osado hacer un señalamiento contrario al Jefe Máximo. Estadística de dictadura parece ésa, con la cual se pone en riesgo a los etiquetados, según se ha visto ya. La polarización mayor, empero, la ha hecho el caudillo de la 4T entre los ciudadanos, divididos en pueblo bueno y sabio por un lado –incluidos los narcotraficantes, que son también seres humanos-, y por el otro los neoliberales, conservadores, corruptos, reaccionarios, enemigos de México, traidores a la patria y demás que no están con él, y por lo tanto están contra él. Mayor tolerancia a la crítica deberá mostrar la sucesora de AMLO, más sentido de la pluralidad. O sea mejor concepto de la democracia, valor esencial que López ha atacado sistemáticamente en muchos y muy variados modos. La próxima Presidenta de México tendrá que buscar la unidad de los mexicanos, destruida por el régimen actual. Séame permitido terminar esta peroración con una frase que quizá no merezca ser inscrita en bronce eterno o mármol duradero, pero sí al menos en plastilina verde. En México o nos salvamos todos juntos o todos juntos nos vamos a perder... Don Verulano se inscribió en un club nudista. El primer día fue el más duro. Sin la costumbre de ver al natural a las jóvenes y bellas socias, el recién llegado experimentó una conmoción en la entrepierna que lo apenó bastante. A fin de ocultarla se sentó en una banca y se puso un periódico frente a la conmocionada parte. Pasó una linda chica, vio aquello y muy interesada le preguntó a don Verulano: “Perdone la curiosidad, señor. ¿Cómo la enseñó a leer?”... FIN.
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