Duelo por los fans: Apps vs TV
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Lo más importante en el deporte es el aficionado, el consumidor de las disciplinas, aquella persona que -sin importar- invierte en su pasión, desde el hecho de asistir a un estadio, gastar en un boleto, comida, bebida, comprar la playera y/o gorra oficial o un sinnúmero de souvenirs. De igual forma, paga por asistir a algunas actividades especiales y –obvio- la inversión que hace para seguir a su equipo o deportista favorito en la TV.
Pues ahora, al parecer queremos exprimir más esa pasión, con la postura que han tomado Fox Sports y Televisa, al generar sus canales de paga. El primero, con Fox Sports Premium, y el segundo con su plataforma digital ViX.
La gente está muy molesta con esta postura de la televisión, porque cada día que pasa el aficionado se ha dado cuenta que tiene que invertir más y más dinero para ver su deporte favorito. Encontramos a las compañías de cable -como Izzi, Sky y Total Play- y ahora si se quiere ver una serie o película, también hay que pagar en Netflix, Amazon, Disney, HBO, Paramount, Star, etc. Más y más dinero que sale del bolsillo del usuario.
Obvio, existen las aplicaciones de Ligas como la NFL, la MLB, la MLS, la NHL y otras, pero se centra en contenido “diferenciado”. El problema es que ahora, para ver un simple partido, hay que pagar más dinero. Tal vez en otros países puede funcionar, pero en un México lastimado económicamente, podría ser una soga en el cuello para los dueños de estos medios de comunicación.
Les regalo algunos datos que pueden ser un parámetro en la toma de decisiones.
México tiene una población económicamente no activa de alrededor de 40 millones de personas, el 30% del país. La gran base de esta nación, la clase media, la clase que puede consumir algunas cosas, arroja algunos números, porque la clase baja está más preocupada en otras necesidades antes de pensar en pagar más dinero por un partido del América o una carrera de Fórmula Uno.
Sólo el 55% de esta clase tiene acceso a la televisión de paga y el 74% a internet, pero tiene más prioridades como obtener un automóvil, pagar una escuela privada, pagar la tarjeta de crédito y/o la renta de su vivienda. La gran mayoría son asalariados o informales.
Estamos hablando de 35 millones de hogares, y es aquí en donde está la base del gran consumo. ¿Realmente estamos preparados para obligar a este consumidor a pagar más dinero y seguir exprimiendo estos bolsillos? Yo creo que es un momento histórico, en donde -si no hace un análisis profundo- se puede estar cerca del fracaso.