El Ayuntamiento le da 7.5 años más de vida a Agsal

Opinión
/ 31 octubre 2023
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La existencia de la empresa mixta Aguas de Saltillo ha sido prorrogada hasta el año 2034. Es una decisión que no debe calificarse de correcta o incorrecta sin un análisis detallado

El Cabildo de Saltillo aprobó ayer, por mayoría de votos, extender por otros siete años y medio el contrato de asociación que tiene con la empresa española Aguas de Barcelona, la cual forma hoy parte de la multinacional, de origen francés, Veolia.

La ampliación del contrato, originalmente pactado a 25 años y cuya conclusión ocurriría en el año 2026, se ha dado en forma paralela a la presentación de un programa emergente para combatir la sequía que, implica la realización de importantes inversiones en el futuro inmediato.

El tratamiento adelantado del tema provocó que algunas voces manifestaran su inconformidad y plantearan la necesidad de que éste se discutiera de forma amplia antes de tomar una decisión. La idea detrás de este reclamo es que, llegado el momento, la asociación sea liquidada.

¿Es una buena idea prorrogar la asociación con Aguas de Barcelona? Responder a esta interrogante no es un asunto de simplemente decir “sí”, o decir “no”, sino un proceso mucho más complejo que conlleva hacer un recorrido por la historia de las últimas dos décadas.

Incluso es necesario remontarnos un poco antes en el tiempo y recuperar la memoria en torno a las constantes manifestaciones de protesta que se registraban en Saltillo durante el verano, debido a que la escasez de líquido en los hogares era una constante.

Por otro lado es necesario comparar el costo que el servicio de agua potable tiene en Saltillo en contraste con otras ciudades comparables. Esta variable nos habla de la eficiencia con la cual opera actualmente el sistema que surte de agua los hogares de Saltillo, pese a la existencia de un socio privado cuyo propósito es obtener ganancias.

Finalmente es preciso tener en cuenta un detalle de carácter técnico-legal: lo que se discutió ayer en el Cabildo de Saltillo tiene que ver con una previsión establecida en la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Contratación de Servicios del Estado, la cual contempla la posibilidad de que los contratos firmados por el sector público se amplíen hasta en 30 por ciento de su monto o, como es el caso, de su duración.

Tal hecho implica que no pueden renegociarse los términos del contrato sino simplemente decidir si se amplía su duración o no, manteniendo las cláusulas del contrato original sin cambios.

En otras palabras, lo que el municipio podía hacer era ampliar la vigencia del contrato o liquidarlo a su vencimiento, es decir, dentro de tres años. Hoy se ha tomado una decisión que no solamente implica una prórroga a la asociación, sino también inversiones para garantizar el servicio más allá de la prórroga pactada y, según se ha dicho, sin impactar la tarifa a los usuarios.

La realidad siempre puede mejorarse, desde luego. Aunque también puede empeorar. A la vista de los resultados ofrecidos hasta ahora por Agsal y de las circunstancias del momento, la decisión adoptada tiene al menos la virtud de no presentar ninguna arista perjudicial para los saltillenses.

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