El cristal que destruye familias en Coahuila y en México
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Poco se habla de estas adicciones que han cobrado la vida de jóvenes y adultos, especialmente hombres, de diferentes clases sociales en Saltillo
Que no es responsabilidad de un alcalde, un gobernador o un presidente lo que ocurre con el cristal y otras drogas, que ni siquiera lo es del ejército; que es una cuestión del sistema que opera desde Estados Unidos con su demanda, y que si no se acepta esta verdad práctica, somos ingenuos y no entendemos la habitual forma de operar de los sistemas socioeconómicos y políticos. Que en fin, todo es un teatro bien orquestado.
Hasta hace unos meses, la crisis de salud relativa a la metanfetamina, llamada cristal, no había tocado a seres cercanos; ya lo ha hecho. Fue doloroso observar el rostro de un joven atrapado en un consumo que ya no puede evitar; veía en él, el rostro de un niño doliente atrapado en el rostro de un adulto que recién empezaba su vida como padre de familia.
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Si bien en Saltillo este problema de salud tiene presencia desde hace casi diez años, el combate contra el narcotráfico que se realiza hoy, ante la compleja relación bilateral de México y Estados Unidos, al parecer detiene el flujo en la frontera e incrementa la oferta en México. Y Coahuila es un estado fronterizo.
A este joven padre de familia le ofrecieron cristal como un divertimento, como algo distinto y atrevido, pero controlable durante un fin de semana. Ahora está sin su familia y en un ambiente de convivencia con amistades cuyas actividades giran en torno al consumo de esta sustancia. Poco se habla de estas adicciones que han cobrado la vida de jóvenes y adultos, especialmente hombres, de diferentes clases sociales en Saltillo. Se vive esta condición con mucha vergüenza, dejando todo el juicio social del lado de quien consume y no del lado de quienes permiten el flujo de estas sustancias.
El asunto aquí es que el cristal es una droga cuyo grado de destrucción es absurdamente poderoso e incide de esta misma forma en el cuerpo emocional y en una falta de control de impulsos básicos.
El uso de esta metanfetamina desata problemas físicos graves: aceleración del ritmo cardíaco, presión arterial elevada y daño a los vasos sanguíneos del cerebro, lo que puede inducir un derrame cerebral. El uso constante de esta sustancia causa inflamación del revestimiento del corazón. Y la sobredosis puede provocar una fuerte elevación de la temperatura corporal, convulsiones y, posteriormente, la muerte.
Las personas que usan esta metanfetamina sufren episodios de conducta violenta, paranoia, ansiedad, confusión e insomnio. Y es posible que experimenten síntomas psicóticos que persistan durante meses o años luego de que se haya abandonado la droga.
México está padeciendo un aumento en la distribución de cristal en forma alarmante, pero las declaraciones sobre este tema son realmente escasas. Es vital que las autoridades acepten que los esfuerzos sanitarios ya han sido claramente rebasados.
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Quienes consumen esta metanfetamina, cuya droga se inyectan, se exponen a otros riesgos, entre ellos, el de contraer el VIH, hepatitis B o C, y virus transmitidos por la sangre. Los usuarios crónicos también corren el riesgo de sufrir de venas colapsadas, infecciones en el revestimiento y válvulas del corazón, abscesos; además, se enfrentan a padecer neumonía, tuberculosis y otras enfermedades hepáticas o renales.
Si bien, en febrero de 2025, las fuerzas de Seguridad federales y estatales en la Ciudad de México incautaron 4 mil 700 litros de metanfetamina líquida y 269 kilos de metanfetamina sólida, en un operativo conjunto en el estado de Sinaloa, registrándose así el mayor decomiso de esta sustancia en lo que va del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, son esfuerzos que deben buscar una sistematización en la forma de enfrentar esta distribución que corre por todo el país.
El vocablo “cristal” proviene del griego antiguo krýstallos, que significa “hielo o cristal de roca”. Esta palabra, a su vez, se relaciona con kruos, que significa “frío helado o escarcha”. Los griegos creían que el cristal de roca era una forma de hielo permanentemente congelada.