El enemigo imaginario

Opinión
/ 31 marzo 2022

Congruentes con la lógica persecutoria detonada por la actual administración, la diputada Reyna Celeste Ascencio Ortega, de Morena y otrora defensora de la diversidad sexual, presentó una iniciativa de ley destinada a neutralizar a las organizaciones sociales. La iniciativa tiene especial dedicatoria hacia aquellas que incomodan al gobierno actual, es decir, esas que documentan casos de corrupción, le siguen la ruta del dinero ejercido en obras públicas, las que defienden a periodistas y libertades, o las que exigen cumplir con los compromisos adquiridos por México para lograr un medio ambiente saludable.

Bajo el pretexto de aumentar la transparencia de las operaciones y trabajos que realizan, la propuesta consiste en reformar, una vez más, un artículo de la Ley del Impuesto Sobre la Renta. De esta manera, obligan a las organizaciones autorizadas para recibir donativos, informen de sus actividades al Servicio de Administración Tributaria (cosa que ya hacen), pero que también lo hagan a la Secretaría de Gobernación. La iniciativa prohíbe que las organizaciones que reciben financiamiento directa o indirectamente de gobiernos o fundaciones extranjeras, puedan influir o modificar leyes o disposiciones ya sea mediante cabildeo o litigio estratégico. De no cumplir con esta restricción, el Gobierno podrá revocarles su registro.

Con estas medidas, México violaría las obligaciones que tiene conforme a los tratados internacionales.

La propuesta evoca a las Leyes sobre Regulación de Agentes Extranjeros que han sido promovidas en gobiernos autocráticos con altos niveles de corrupción y restricción de libertades fundamentales. Es el caso de Nicaragua, en donde una ley similar en su justificación, detonó una persecución a periodistas y activistas. En El Salvador de Bukele, una Ley de Agentes Extranjeros amenaza con penas de prisión a quien reciba financiamiento extranjero.

Apenas esta semana Amnistía Internacional presentó su informe sobre la situación de los derechos humanos en el mundo. Según la organización, en 2021 en México hubo 7 mil 698 casos de personas no localizadas que se sumaron a la cifra terrorífica de 97 mil denuncias de personas desaparecidas. Estos datos hacen pensar que el enemigo imaginario nos destruye como sociedad ya que como cantaba Facundo Cabral: “No busques al enemigo afuera de la frontera. El enemigo está adentro y usa gorra y cartuchera”.

@louloumorales

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